Existen luchas que dejan una profunda tristeza, por lo difíciles que son de olvidar o superar, y te preguntas: ¿Por qué? o ¿En qué consistirá que una persona sea de tal forma, si tuvo buena educación?, queriendo encontrar una explicación que no llega a tu corazón, ni en el momento, ni en ningún momento. Por lo tanto, el dolor esta allí, y aunque no tan fuerte como en el momento que se produjo, la herida te acompaña como un tipo de llaga en los tiempos de la lepra. En otras no haces preguntas, sólo tratas de reincorporarte pronto. Quizás, tomas un espacio para reflexionar en lo que debes aprender de esa situación, para poder pasar la página y no quedarte enfrascado en allí. Sea como sea, lo cierto es que en todas las experiencias hay un aprendizaje, el cual debemos abrazar y no olvidar. De esa manera no volveremos a caer en la misma situación una y otra vez, como quien es masoquista del dolor. La vida es tan hermosa y tan, tan corta, que no vale la pena vivirla de trauma en trauma. Todo el tiempo estaremos aprendiendo diferentes cosas, y no necesariamente deben convertirse en problema, conflicto o dolor. Por qué será tan difícil entender que todo tiene un principio y un fin… Que los días están pasando y no hay modo de detenerlos o ponerlos en pausa como cual película en la tv. Todos los días recibimos el regalo maravilloso de la vida con la oportunidad de vivirla bien y al máximo. Todos los días contamos con la oportunidad de Amar hasta no poder más. Enloquecer por el aroma de las flores. Ver el cielo y disfrutarlo. Valorar el sonido de las aves, el sonido del agua. Incluso ver lo agradable que puede ser el tráfico en hora pico. Convirtiendo lo que señalamos como “malo, aburridor y frustrante”. en algo bueno. El tiempo o momento perfecto para escuchar una reflexión, o un audio libro, o tomarnos ese momento para hablar con Dios. Por qué no dejar de quejarnos y en vez de ello respirar profundo, llamando a la paz, la sabiduría y serenidad que necesitamos. En los días que suelo sentarme en el patio de mi casa, elevo mi rostro hacia el cielo, y veo algo tan majestuoso y tranquilo, que siento que me dice: ¡Vive y llénate del amor y la paz que te irradio cuando me vez! Los problemas nunca dejaran de existir. Pero tú, mi bella y apreciada Adry, puedes elegir mirarme, respirar profundo y pedirme que te llene de mi majestuosidad y amor para que puedas enfrentar lo que sea con la mejor de las actitudes, o elegir responderle sola, y con lo primero que se te venga a la mente. ¿Sabes? Debemos ser uno con el cielo pero sin desconectarnos totalmente de la tierra, para no parecer locos. Debemos abrazar más a las personas y a nosotros mismos. Debemos perder el miedo de hablar cuando necesitemos hacerlo. Debemos darnos tiempo de calidad a nosotr@s mismos y, respetar y hacer respetar esos momentos que necesitamos tener. De lo contrario, cómo decir que reflexionamos en determinadas situaciones, si ni espacio te das para poder pensar. Por último, cuando lleguen luchas, lucha por el bien y con amor, sin tomar ventaja o aprovecharte de otros, y no causes heridas imborrables. La vida es un regalo, y como cada regalo, se aprecia, se valora, se cuida y se agradece. “Padre Celestial, gracias por tan lindo regalo. Ayúdanos a vivirlo de ahora en delante de una mejor manera. Ayúdanos a mirar más frecuentemente hacia tu trono y llenarnos de ti. Por favor ayúdanos a corregir el libro que hemos venido escribiendo y que, a partir de ahora, pueda dejar mejores cosas plasmadas en él. Amén.” Si leíste esto hoy, es por una razón, quizás porque eres al igual que yo, un guerrer@ valiente y sobreviviente, que busca cada día, un día mejor. Espero que mi oración también sea la tuya, y que mi reflexión, igualmente te ayude en algo. Te mando un fuerte abrazo mi apreciado lector, -Adry Victoria
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ADRY VICTORIA G. PIEDRAHITA.Palabras de mujer a mujer... Archives
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