¿Por qué las personas quieren cambiar y no lo logran?
Bueno, primero se necesita tener la razón del cambio muy clara. Segundo, una razón poderosa para lograr tener la disciplina que se necesita y nos lleve a ver el resultado buscado. La mayoría de veces que fracasamos una y otra vez en el intento de cambiar, bien sea un mal hábito, mejorar una habilidad, la manera de responder a los demás, una mala forma de ser, un mal vocabulario, un estilo de vida, por mencionar algunas cosas, me he dado cuenta que es por FALTA de compromiso. Podemos decir mil veces “Quiero Cambiar”, pero del dicho al hecho existe una distancia enorme. Lo bueno de quien lo expresa, es que lleva un paso adelante de quien NO dice nada. El que lo expresa, sabe y entiende que si desea cambiar algo es porque le conviene. Mientras que, el que no dice nada, se siente bien o perfecto en todas las áreas de su vida. Pero no hablemos hoy de ellas. Reflexionemos en las que SÍ desean ser diferentes, vencer actitudes nocivas y lograr metas. Leyendo el artículo de una psicóloga, ella explicaba que, el ser humano tiene mucha capacidad para aguantar, así esté consciente que algo le molesta o le afecta. Antes de lograr un resultado en un cambio deseado, primero juega con su mente. Veamos un par de ejemplos: Yo he sido una de las que frecuentemente llegué a expresar: “Estoy gordita, no quiero estarlo. Pero bueno, no lo estoy tanto ¿Verdad?” O aquel que dice: "Soy un poco irascible pero creo lo normal.” Otro podría ser: No soy feliz con mi matrimonio “Pero me conformo, mejor estar con alguien que sol@.” Soy mal hablad@, “Pero no tanto, en comparación a, o solo cuando...” Quiero leer mi biblia todos los días “Pero no me alcanza el tiempo”. Esto es jugar con nuestra mente tratando de engañarla. La psicóloga explica que mientras el malestar que nos producen ciertas cosas sean SOPORTABLES en relación al ESFUERZO que consideramos que implica el “CAMBIO”, la posibilidad de lograr un resultado positivo en nuestra vida, ira quedando más y más lejano. Una triste realidad es que somos personas que acostumbramos decir: “DEBERÍA”. Debería dejar de fumar, debería dejar de tomar, debería ir al gym, debería volver a congregarme, debería no ser tóxic@, debería dar tiempo de calidad a los seres que amo, que me rodean, que me interesan. Debería perdonar, debería de dar una oportunidad a mi ex espos@, o a mí misma. Debería decirle cuanto l@ extraño, debería dejar mi celular a un lado más tiempo. ¿Recuerdas la reflexión de la semana pasada? DEBERÍA…. EXISTEN tantos “DEBERÍA”... ¿Estas de acuerdo conmigo? ¿Te identificas con alguno o algunos de ellos? Creo que la solución está adquiriendo COMPROMISO para que estos "DEBERÍA", dejen de existir, y se conviertan en un “YO QUIERO”, en un “LO NECESITO” en un “YO PUEDO Y LO VOY HACER”. Aunque conozco casos que aun así, se niegan a proceder por orgullo o por flojera dependiendo del caso. En medio de este estudio o reflexión. Llegan a mí sentimientos tan tremendos. Sentimientos de un “si hubiera”, si hubiera tomado mejores decisiones a tiempo. Si “hubiera cambiado antes”, "si hubiera sido menos intolerante”, “menos impulsiva”, “más “amorosa”, "si hubiera hecho más ejercicio, habría tenido el cuerpo que mi ex esposo quería o buscaba en una mujer..." El "DEBERÍA" sin acción se convierte en un “SI HUBIERA”. Entonces, por qué esperar a que los remordimientos nos carcoman y nos lleven a un punto donde solo podamos llorar, porque no hay vuelta atrás, porque no existe un túnel del tiempo que nos permita regresar a ese momento donde aun había solución. No esperes a que tu matrimonio acabe... A que tus amigos se alejen... A que te despidan del trabajo... Y lo PEOR, a que tu salud se dañe.
¿Qué quiere decir esto último? Que el hecho que no hayas logrado anteriormente un objetivo trazado, pienses que esta vez va a ser igual, y que nunca lo lograrás, porque eres un ser decidido. Recuerda que, cada vez vamos creciendo, aprendiendo y madurando. No todas las veces son iguales. Y no por un fracaso, lleguemos a pensar que nunca lograremos cambiar en algo. ¿Sabías que muchas enfermedades son reversibles? Como aquel que sufre de diabetes, presión alta o osteoartritis, por poner un ejemplo. TODO ESTÁ EN IDENTIFICAR, TRAZAR UN PLAN DE ACCION, COMPROMETERTE Y SER DISCIPLINAD@ Hoy en día hago ejercicio, pensando en mi salud. En vez de hacerlo para lograr que alguien me quiera sólo por una figura. Tracé un horario organizando para mi tiempo con Dios, mi tiempo de lectura, de limpieza de casa y mi comienzo de trabajo. De esta manera podré ser disciplinada con mis objetivos trazados. Ahora le digo a mis clientes que comienzo a trabajar a partir de las 12PM. Contraté un plan de alimentación balanceada semanal, dándome vacaciones sábados y domingos. Y por ultimo, una vez al mes asisto a terapia psicológica para seguir mejorando en las áreas que aun necesito. No debemos permitir que la balanza negativa siga inclinándoselas a su favor. Saquemos fuerzas y más que nunca, sujetémonos de la mano de Dios. Especialmente, si sabemos que los cambios que deseamos hacer, serán de super beneficio a nuestro caminar diario. Pidamos a Él la fortaleza que necesitamos para lograr una disciplina, aquella que ya no nos permitirá flaquear, buscar excusas ni justificaciones.
Todo es cuestión de DECISIÓN. Ningún cambio llega solo. Ningún cambio se logra por arte de magia. Todo cuesta. Lo malo se puede convertir en bueno. En el camino encontrarás baches, tentaciones. Tú sigue adelante. No renuncies ni te sientas un perded@r. Te mando un abrazo y te dejo con el siguiente versículo. Hebreo 12:11 "Es verdad que ninguna disciplina al presente parece ser causa de gozo, sino de tristeza; Pero después da fruto apacible de justicia a los que en ella han sido ejercitados." - Adry Victoria -
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Recuerdas que es “Ser una persona AMENA” Leí que tener conexión con las personas es una de las habilidades con más demanda en la actualidad. Por otra parte, el psicólogo de la Universidad de Arizona, Matthias Mehl, llevó a cabo un estudio, con el cual le hizo llegó a la conclusión de que un alto porcentaje de las personas que tienen como hábito mantener conversaciones de alto nivel intelectual, tienen mayor propensión a ser felices que aquellas que tienen conversaciones triviales. En su articulo el mencionaba que una buena conversación logra un efecto maravilloso, y esto es gracias a que se detona la producción de algunas hormonas en nuestro cerebro como una bomba. Dichas hormonas son la serotonina y la dopamina. Estas son las encargadas de brindar bienestar y felicidad. Ser un buen conversador se ha convertido en algo escaso. En alguna de las reflexiones escritas hace un tiempo atrás, recuerdo haber comentado sobre cómo la tecnología nos ha ayudado y facilitado la vida en varias áreas tales como:
Pero, lamentablemente también nos ha hecho daño en varias aspectos...
Antes de existir el celular y las famosas redes, participábamos de una buena cena con historias interesantes, y bellas anécdotas. Asistías a un día de parque, playa, campamento y convivías cien por ciento con las personas. Las conversaciones tenían un sentido más profundo, el tiempo familiar era agradable. Recuerdo vernos un fin de semana reunidos compartiendo una inolvidable noche de juego de cartas, o de parqués, un tiempo de chistes y un tiempo de mímica. Eran juegos que nos unían y lograban que el tiempo juntos fuera de CALIDAD, incluso hasta los chismes familiares eran motivo de sacarnos algunas sonrisas. ¿Qué vemos hoy? personas más calladas o más reservadas. Familias en la mesa de un comedor o en un restaurante, sin ni siquiera mirarse por estar ensimismadas con sus celulares. A muchos se les hace más interesante compartir la foto del plato de comida, que apagar su teléfono para prestar atención a la persona que te acompaña o está a tu lado. Cada vez es más difícil sostener una conversación, pues te entra un texto, una llamada o una notificación de tu Twitter, Facebook o Email, y es como si el mundo se fuera a caer o a terminar. y dices: "Perdón, deja reviso el mensaje que me esta entrando." ¡Si es que te piden o pides disculpas! la mayor parte del tiempo sólo levantas o sacas el celular interrumpiendo la conversación o dejando a la otra persona en pausa o hablando sola. Porque así, des a entender que la estás escuchando, pero la verdad es que NO lo haces. ¿Crees que esto está bien? ¿Que debe ser normal? En lo personal, te diré que me duele el corazón y siento nostalgia de esas gratas compañías e interesantes temas de conversación, no solo con mi familia, también las extraño de algunas de mis amistades. No considero que esté bien, ni que la nueva modalidad tecnológica que separa a las personas sea normal. Y aunque bien es cierto que es cuestión de decisión, y que estamos en un mundo donde DEBEMOS respetar lo que cada uno decida hacer con su vida y sus acciones, también es válido, sano y respetable dar un consejo diciendo: “APRENDE A DAR TIEMPO DE CALIDAD”, “CONVIERTETE EN UNA PERSONA AMENA” El diccionario describe que el significado de AMENO es: Persona Grata - Placentera - Alegre - De Buena Compañía. Si sales a cenar con alguien, dedícale el tiempo que merece. Por ella y por ti. Por respeto y por el agrado de compartir. Si asistes a una reunión, sea de placer o sea de trabajo, enfócate en el momento. Aprende, participa, comparte. Deja el celular a un lado, y no hagas como una de mis amigas. Ella guarda su celular cuando viene a visitarme, pero cada tres segundos mira su Apple Watch. La tecnología a este punto se ha vuelto el protagonista y ya nos cuesta trabajo sostener una conversación mirando a los ojos o a la cara de las personas. Por consiguiente, aquellos que han caído en la adicción tecnológica, se han convertido en malos escuchadores y con ello, en malos conversadores. ¿Dónde empieza el cambio? EN UNO. Yo me propuse a dejar mi teléfono lejos cuando estoy con alguien y doy gracias a Dios porque lo he logrado. El celular no podré llevármelo el día que parta de este mundo. Y tampoco podré partirlo en pedazos para dejárselo a todas mis amistades o familiares. Pero sí podré dejar bonitos recuerdos en quienes quieran compartir tiempo conmigo. Que todo el mundo se dé cuenta que ustedes son buenos y amables, El Señor Jesús viene pronto. Filipenses 4:5 Un abrazo, -Adry Victoria- La muerte nunca dejará de ser una situación penosa que genera dolor y tristeza. Sin embargo, para los que creen en Dios, ella no representa un fin sino un comienzo. “Entonces Jesús dijo: —Yo soy la resurrección y la vida. El que cree en mí vivirá, aunque muera; y todo el que vive y cree en mí no morirá jamás. ¿Crees esto?” -Juan 11:25-26 NVI- ... ¡Yo sí! Y, aunque lo anteriormente mencionado es una bella verdad, siempre nos costará trabajo decir adiós. También será difícil no llorar y no extrañar al que ya no estará con nosotros. Y aunque guardemos en nuestro corazón los más bellos momentos, las más hermosas sonrisas y enseñanzas, decir adiós o un hasta pronto, nos producirá un sentimiento horrible, un vacío, un dolor, una ausencia... Nunca demos por sentada nuestra salvación y con ella la oportunidad de una resurrección. A diario se debe trabajar en obedecer y agradar a Dios nuestro Señor. En memoria de mi amigo Cordell Thomas... ¡Un abrazo para todos! - Adry Victoria - Si sentimos que no hemos alcanzado la salvación, o que aún no la merecemos por como estamos viviendo, es importante que busquemos a Dios en oración y le pidamos que nos limpie de todos nuestros pecados. Que nos ayude a mantenernos firmes ante la tentación sea cual sea. Pidámosle que Él sea esa lámpara que alumbra nuestro camino durante el día ante las pruebas, e igualmente y con mayor razón, ante la noche. "Cada día, el sol brilla. Si uno camina de día, no tropieza con nada, porque la luz del sol le alumbra el camino. Pero si camina de noche, tropieza porque le hace falta la luz." Juan 11:9-11 TLA Señor: Sé mi luz, mi lámpara, mi guía. Dame la fortaleza y la sabiduría que se necesita para estar siempre lista, como siempre estuvo mi amigo Cordell Thomas. -Adry Victoria - En la vida solemos tener experiencias muy fuertes: una relación abusiva, la pérdida de un ser querido, un accidente. Algunas lo son tanto, que nos paralizan emocionalmente y no sabemos qué decir, qué hacer, ni siquiera sabemos qué sentir. Pero, sí solemos preguntarnos: “Donde estás papito Dios en estos momentos?” Muchas de estas experiencias, a pesar del miedo y el sufrimiento, las superamos. Pero qué pasa cuando nos dicen que vamos a morir. Creo que el terror nos invade a pesar de que conocemos del Señor, de una u otra forma así digamos que no, nos apegamos a este mundo. #1, porque aun y con los retos con los que nos enfrentamos a diario, nos parece bello. Disfrutamos de los días de lluvia y un rico café. De los días de sol brillante y resplandeciente. Del campo, de los jardines y los hermosos momentos en familia en un sencillo parque, en el mar o en el patio de nuestra casa. #2, porque NO queremos alejarnos de las personas que amamos. Y #3, porque sentimos que aún tenemos mucho por hacer, decir, compartir, enseñar. Pero creo que una de las razones por las que sentimos o alguien siente temor a la muerte, se debe a la inseguridad de no saber exactamente dónde pasará su eternidad, o a dónde vamos después de que el corazón se detiene, la circulación ya no corre, y nuestros ojos se cierran por completo. Pocas veces nos ponemos a pensar en la muerte, mucho menos pensamos en cómo reaccionaremos cuando nuestros seres amados mueran, y es aún menos frecuente que nos pongamos a reflexionar sobre nuestra propia muerte. No obstante, la muerte de una amig@ nos puede enfrentar a la idea de que en cualquier momento nosotros también vamos a morir, lo cual puede generarnos angustia. Esto puede suceder porque relacionamos nuestra edad, condiciones y estilo de vida con la de aquel que ha fallecido. Generalmente los amigos son nuestros contemporáneos y pueden tener hábitos similares, por lo que pensamos que si alguien de su edad murió, nuestro tiempo también se acerca. En otros casos, surge este sentimiento de temor porque sentimos tener pendientes, antes que por el miedo de la propia muerte; especialmente si nuestra relación con Dios está bien. Si este es el caso y el sentimiento es “Aun no Señor, tengo tantas cosas por hacer, dame un poco más de tiempo”, resulta un buen momento para evaluar nuestra vida, darle un peso real a las cosas, y establecer claramente cuáles queremos que sean nuestras prioridades. A lo mejor te des cuenta de que no te estás dando suficiente tiempo para realizar cosas que disfrutas, y sólo corres y corres haciendo de tus días una vida rutinaria. Has descuidado tu relación con personas importantes, tus pasatiempos favoritos parecieran estar en un baúl del siglo pasado. Nuestra lectura diaria, decimos mañana la hago, hoy no alcancé, más sin embargo decimos “Aun no Señor” Si experimentamos angustia ante nuestra propia muerte, podemos comenzar a aceptar y reconocer que nuestro tiempo es finito, y que por ello es importante esforzarse para vivir de la mejor manera posible, dando el correcto valor a las cosas, a las personas, al trabajo, a nosotros y nuestras pasiones. Debemos dejar de pensar “Mañana”, mañana lo hago, mañana visito, mañana llamo, mañana amo a otros y me amo. Sabes, quise escribir sobre esto, ya que la semana pasada pase por un momento de dolor, de incertidumbre, de tristeza. Pero también de reflexión sobre todo lo que representa la muerte, es por eso que esta semana la dedicaré a compartirte sobre el tema. Entre el 2020 y 2021 tuve la bendición de conocer a una gran pareja. Yuriam y Cordell Thomas. Una sencilla, amable, entregada, servicial y hermosa pareja de la iglesia a la que asistí y serví, aproximadamente, por un año. Ella hispana y él de Jamaica. Dios me dio la oportunidad de compartir un período de tiempo con ellos. En un par de ocasiones conté con la bendición de tenerlos en casa, como también, de poder asistir a la de ellos. Compartimos temas sobre aspectos bíblicos y testimonios de parte y parte. La historia podría ser algo larga. Pero hoy te escribo porque Cordell Thomas ha partido... Más o menos, para noviembre 10 del 2021, antes de irme para Colombia por unos meses, ellos me estuvieron apoyando con algunas cosas, especialmente prestándome su camioneta para poder transportar algunas cajas. El día que les regresé el carro fue la última vez que le vi. Él abrió la puerta de su casa, me recibió las llaves y con su acostumbrada sonrisa se despidió de mí. Un señor muy calmado, amable y con la sonrisa más sincera, llena de paz y ternura que he visto. Un hombre que no hablaba casi español, pero que mostraba mucho interés cuando yo hablaba o les compartía algo. Recuerdo escuchar de Yuriam decirme: “Mi esposo te admira, agradece el consejo que le compartiste y los aprecia mucho”. Recuerdo haberle hablado sobre lo que yo hacía con respecto a la depresión, o a los momentos difíciles donde solía salir corriendo. Llegué a pensar que un día les tendría visitándome en Colombia y llevándoles a conocer los bellos paisajes y montañas verdecitas que tanta falta nos hacen aquí en california. Pero lamentablemente ese día no llegó... El pasado 29 de agosto asistí al servicio funeral que preparó la iglesia en homenaje a él. La iglesia estaba a reventar. Nunca había visto tanta gente en un servicio. Sus hijos cantaron, varios expresaron cosas maravillosas de él. El mensaje por parte del Pastor fue muy emotivo. Varias veces estuve tentada a levantarme y expresar mi tristeza y lo mal que me sentía por no haber tenido el coraje de ir a visitarle cuando me enteré que estaba enfermo. De alguna manera mi corazón se aferraba a la idea de que él mejoraría, que Dios haría el milagro de sanarle, y que yo tendría el tiempo para llamarles y pedirles que me permitieran pasar a visitarles. Estuve casi tres horas allí. Mi corazón sentía una enorme tristeza por muchos sentimientos encontrados de ese lugar y por el momento en sí que se vivía. Quise llorar, pero me decía ”NO Adry” sé fuerte. Quise llorar por no haberle podido decir “adiós" o un "hasta pronto" aún estando él con vida. Quise llorar por no haber dejado el pasado atrás, y por pena o sentimiento de culpa por haberme alejado. Me alejé, por un mal entendido o por haber estado tan sensible en mis días en Colombia, que cuando le compartí algo a través de texto, y al no recibir la respuesta que esperé por parte de ella, me resentí y me alejé. Su esposa, días después, me escribió, y recuerdo haberle comentado que me había dolido. A lo que respondió: "I´m sorry amiga, no fue que te ignorara. Sólo que estaba muy contenta con la venta de garaje que tuve y lo bien que me fue. y al leer tu mensaje sólo pensé en compartirte mi alegría." Debí haber estado feliz por ella, pero en ese momento mi duelo era según yo, "MÁS grande o IMPORTANTE”, que en vez de sentirme feliz por ella, ME RESENTÍ. Te das cuenta como podemos ser a veces tan estúpidos. Perdóname la expresión, pero debo ser sincera. Y no es que mi dolor del momento no fuera importante, pero el triunfo de ella también lo era. En fin, al regresarme, la tuve en mi mente todo el tiempo, pero decía: “Mañana”... Al enterarme de la enfermedad de Cordell, me tardé como dos semanas en tomar el valor de escribirle: “Yuriam Dios te Bendiga, estoy Orando por Cordell”. Creo que eso fue lo que escribí... Un tiempo después, me escribe o llama otra buena amiga diciendo: “Adry, Cordell falleció” chin... me dolió el estomago, y dije entre mí: “¿Porque tan pronto? Mi cuñado lleva cinco años luchando contra el cáncer y allí sigue. Estando en el servicio caí en cuenta que Dios ama tanto a Jorge, pues no se lo ha llevado porque desea que él lo acepte como su salvador. Que perdone y pida perdón. Que deje el orgullo de lado y trate bien a todos los que están a su al rededor. Mientras que Cordell estaba con todas las cuentas claras. Cordell ya había cumplido al cien por ciento con la tarea encomendada por Dios en esta tierra. Terminando el servicio, me paré, de lejos le vi. Y dije: "¡Por favor perdóname!" Luego tuve la oportunidad de darle un abrazo a Yuriam. No pude hablarle mucho. Pero dentro de mí dije: "¡Qué bueno que viniste!" Pues en un funeral, en un hospital, en una presión es donde las personas sabrán quienes les aman de verdad. Luego durante el jueves y viernes, mi pensamiento fue: Debo escribir sobre esto y aquí me tienes... Pido a Dios no tener miedo al día de mi partida, si es que me avisaran por causa de una enfermedad. Pido a Dios no sentir tristeza en vida. porque siento que quizás no sean muchos los que asistieran a mi servicio, si es que me hicieran uno. Pido a Dios que pueda estar a cuentas a diario, y que Él sea mi lámpara, mi luz y no permita que me extravíe o aleje de Su presencia. Pido a Dios me ayude a no ser tan sensible o soberbia en momentos como los que viví a finales del 2021. Pido a Dios me ayude a ya no alejarme ni esconderme en mis ocupaciones, como también a dedicarme más tiempo. Hoy te aconsejo hagas lo mismo...
¡Te aprecio y envío un saludo a todos! - Adry Victoria.- “Pero a pesar de todo lo que ha pasado, Dios hará lo que tú le pidas. De eso estoy segura. Jesús le contestó: —Tu hermano volverá a vivir. Y Marta le dijo: —Claro que sí, cuando llegue el fin, todos los muertos volverán a vivir. A esto Jesús respondió: —Yo soy el que da la vida y el que hace que los muertos vuelvan a vivir. Quien pone su confianza en mí, aunque muera, vivirá. Los que todavía viven y confían en mí, nunca morirán para siempre. ¿Puedes creer esto? Marta le respondió: —Sí, Señor. Yo creo que tú eres el Mesías, el Hijo de Dios, que debía venir al mundo.” Juan 11:22-27 TLA.
Uno de los mayores miedos que tienen las personas es el miedo a la muerte, a pesar de conocer sobre las promesas de Dios y las enseñanzas de Jesucristo. No te sientas mal si has tenido tal sentimiento. Solo lee más, acércate cada vez más a Dios, vive cada día buscando la paz en tus acciones, decisiones, en tu forma de hablar y en tu forma de convivir. Todos algún día tendremos que enfrentar la muerte, y no en todos los casos viene anunciada por una enfermedad terminal. Por lo tanto debemos estar listos espiritualmente a diario. La tarea es dura, la lucha es fuerte. Lo bueno es que Dios ve nuestro esfuerzo. Especialmente si lo estamos haciendo de corazón. Te mando un fuerte abrazo. -Adry Victoria- |
ADRY VICTORIA G. PIEDRAHITA.Palabras de mujer a mujer... Archives
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