La Pascua de Jesús no es un acontecimiento pasado...
Mas bien, por el poder del Espíritu Santo está siempre presente, permitiéndonos ver y tocar con fe a Cristo, en los que sufren, en los enfermos, en ancianos abusados, en los niños abandonados, en los presos sin quien los visite. Estos días son perfectos para Renovar nuestra fe y nuestro amor. Dejemos de ser superficiales con el amor al prójimo. Seamos más reales, más como Dios. "Porque cuando tuve hambre, ustedes me dieron de comer; cuando tuve sed, me dieron de beber; cuando tuve que salir de mi país, ustedes me recibieron en su casa; cuando no tuve ropa, ustedes me la dieron; cuando estuve enfermo, me visitaron; cuando estuve en la cárcel, ustedes fueron a verme.” »Y los buenos me preguntarán: “Señor, ¿cuándo te vimos con hambre y te dimos de comer? ¿Cuándo tuviste sed y te dimos de beber? ¿Alguna vez tuviste que salir de tu país y te recibimos en nuestra casa, o te vimos sin ropa y te dimos qué ponerte? No recordamos que hayas estado enfermo, o en la cárcel, y que te hayamos visitado.” »Yo, el Rey, les diré: “Lo que ustedes hicieron para ayudar a una de las personas menos importantes de este mundo, a quienes yo considero como hermanos, es como si lo hubieran hecho para mí.” - Mateo 25:35-40 -Adry Victoria-
0 Comments
Estos días no deben ser un tiempo más de descanso como suele pasar en un día festivo común.
Debe ser un tiempo de reflexión sobre el significado de la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús de Nazaret, y lo que ello debe significar en nuestras vidas. *Ser cada día llenos de misericordia con el prójimo conocido y desconocido. *Pasar más tiempo con Dios a pesar de la vida agitada de estos tiempos. *Orar y ayunar más seguido. *Creer y ya no dudar, como muchos dudaron de que Lázaro volvería a levantarse. "Le dijo Jesús: Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá. Y todo aquel que vive y cree en mí, no morirá eternamente. ¿Crees esto? Le dijo: Sí, Señor; yo he creído que tú eres el Cristo, el Hijo de Dios, que has venido al mundo." Juan 11:25-57 - Adry Victoria- Cuántos de nosotros hemos sentido que nos odian, nos envidian, que no nos quieren, que somos malos. No entendemos por qué fuimos violados, o por qué nos han traicionado, despedido, abandonado, etc. La mayoría de las veces vemos que todo apunta en nuestra contra. Me pregunto si José llegó a pensar en esos momentos difíciles, como nosotros lo hacemos. ¿Será que José sintió que se había equivocado en algo y estaba pagando las consecuencias? ¿Será que pensó que debía aprender alguna lección? Aprendiendo cada día de las cosas que me pasan, de los sermones que escucho, las reflexiones e información que encuentro en mi tiempo de búsqueda y aprendizaje para mis “Reflexiones con Adry Victoria”, me han llevado a entender que esta clase de pensamiento es una verdadera trampa. Cuando caemos en ella, nos sentimos culpables, renegamos, dudamos y exclamamos: “¿Por qué a mí?”, “¿Qué debo aprender?”, “¿Dónde me equivoqué?”, “¡No fue mi culpa!”, “¡Yo traté de hacer lo mejor!”. Por consiguiente, esto nos lleva a sentir tristeza, DESESPERANZA, frustración y un montón de emociones NOCIVAS. Si somos honestos, raramente llegamos a pensar de manera inmediata, que lo que se está viviendo, es la forma como Dios nos quiere mover de donde ESTAMOS a donde Él quiere que ESTEMOS. Con frecuencia en esos tiempos difíciles, después de la rabia, el llanto y las preguntas, pensamos que Dios está tratando de enseñarnos algo. Así que tratamos de investigar qué es lo que se debe aprender para trabajar en el cambio. Lamentablemente muchas veces aprendemos algo equivocado, llevándonos a caer en los mismos errores una y otra vez. Si José hubiera actuado, así como nosotros lo hacemos, él hubiera podido “aprender” a NO confiar en sus hermanos, o ir a otros lugares sólo y, quizás volverse amargado y rencoroso. Pero José antes que optar por sentirse negativo o deprimido, escogió seguir a Dios. Como resultado de ello, Dios le dio gracia y sabiduría. En Hechos 7:9-10, encontramos lo siguiente: “Los patriarcas, movidos por envidia, vendieron a José para Egipto; pero Dios estaba con él y lo libró de todas sus tribulaciones, y le dio gracia y sabiduría delante del faraón, rey de Egipto, el cual lo puso por gobernador sobre Egipto y sobre toda su casa.” José fue un hombre que pudo ser todo un desastre por su “lamentable” vida. Vendido en Egipto como esclavo, metido injustamente en la cárcel por ser integro y rechazar las propuestas de la esposa de Potifar, olvidado por el hombre al que había ayudado. LO BUENO FUE QUE NO se permitió caer en la trampa de las preguntas como yo le he llamado, “Por qué a mí” de las dudas o culpas. José creyó inmediatamente que Dios tenía un propósito en su vida y que no lo desampararía. Que la obediencia, fe y lealtad estaban por encima de todo. Él sabía que había un “PERO DIOS”. José se convirtió en una victoria. Llegó a ser el primer ministro de Egipto. ¿Sabes? José recibía con agrado cualquier tarea nueva, cualquier circunstancia por dura que fuera. No importaba cuanto lo odiaran, golpearan, insultaran. No importaba qué tan mal le “PAGARA” la vida en ese momento a pesar de ser un hombre bueno. Todo lo miraba con agrado. Así nos lo muestra la biblia. Desde una temprana edad, José CREYO que Dios lo había destinado para SER GRANDE. En sus sueños, Dios le aseguró a José que tendría una posición de liderazgo sobre sus padres y hermanos, y su punto de vista fue que estos sueños eran evidencia de una bendición divina y no de su propia ambición. La palabra CLAVE: “CREYÓ” La pregunta ahora para nosotros sería… ¿Qué nos lleva a ser tan distintos a JOSÉ, si leemos, oramos, decimos que amamos a Dios? ¿Qué nos hace ser tan cabezas duras? No podemos decir que esos tiempos eran diferentes, que las personas eran distintas o más privilegiadas. No podemos tener la excusa que Dios no nos ha hablado a través de ningún sueño. NADA QUE VER. La respuesta está en esta misma historia de reflexión. Me encantaría saber tu opinión: ¿Qué vez? ¿Qué te hablo Dios o te mostró en esta lectura? -Adry Victoria_ ¿Qué pasa con la esperanza cuando algo que estamos esperando no se cumple? Duele y mucho. ¡Lo sé! ya sea por una enfermedad, o una ruptura; la pérdida de un trabajo, de un amigo, de una relación, de un hijo. Teníamos tantas esperanzas que todo mejorara, que cambiara, que sanara. Pueden ser tantas cosas en las que ponemos nuestra esperanza. Oras por ello, ruegas a Dios por una solución, alivio, reconciliación, y no se nos da. Los resultados no son como los anhelamos. El cáncer hizo metástasis, el trasplante no llega, el cuerpo ya no resiste la diálisis, la reconciliación no se dio, el trabajo lo perdimos, etc. Es inevitable sentir tristeza y tener interrogantes. Entonces llega a nuestra mente una pregunta. ¿Por qué las oraciones no fueron escuchadas? . Bueno, por ejemplo en una pérdida, debemos recordar que, a pesar de que Dios ha establecido un día en el que moriremos, y que la muerte es un tipo de fallo o enfermedad de nuestro organismo, la Biblia registra ocasiones en que el Padre, en respuesta a la oración, extendió la vida de una persona (2 Reyes 20:1-6; Juan 11:41-43). De modo que, incluso cuando la voluntad de Dios es que descansemos, Dios parece inclinarse y atender el clamor de sus hijos que piden a Él con fe. Sin embargo la sabiduría de Dios sobrepasa incluso los más impresionantes alcances de nuestro entendimiento (Isa. 55:8). Entonces, así como puede llegar a sanar, también Dios decide no sanar a todo el mundo y lo hace por el bien de nosotros. Romanos 8:28 Por tanto, seguimos siendo pacientes en las pruebas y confiamos en que Dios, en última instancia, hará que éstas obren para Su gloria y nuestro beneficio. De esto podemos estar seguros. Sé que en una perdida, nos preguntaremos: "¿Y cómo obra esto para mi bien?" No me quiero morir, o no quiero que muera aun tal persona. No logramos entender que quizás el Señore le está salvando de algo peor, y se nos olvida que Dios nos dice que no nos dará una carga que no podamos soportar. "No os ha sobrevenido ninguna prueba que no sea humana; pero fiel es Dios, que no os dejará ser probados más de lo que podéis resistir, sino que dará también juntamente con la prueba la salida, para que podáis soportarla." 1 Corintios 10:13 - Adry Victoria- El mundo científico considera que la esperanza ejerce una fuerza curativa inmensamente grande e importante. El que se aferra a esa esperanza puesta en un Dios de oportunidades, en un Dios que sana y tiene la última palabra, su salud y tratamientos muestran resultados más positivos, que los que se dejan agobiar y se llenan de temor. Sin duda, las "ganas de vivir" prolongan increíblemente la vida en algunos pacientes. Por eso, jamás debemos perderla. En el libro de los Salmos versículo 31:24 dice: “Cobren ánimo y ármense de valor, todos los que en el Señor esperan.” Y en Isaías 40:31 “pero los que confían en el Señor renovarán sus fuerzas; levantarán el vuelo como las águilas, correrán y no se fatigarán, caminarán y no se cansarán.” ¿Cómo no aferrarnos a las promesas de Dios en todo tiempo, EN TODA CIRCUNSTANCIA? A Dios se le llama el “Dios de esperanza”... "Y el Dios de esperanza os llene de todo gozo y paz en el creer, para que abundéis en esperanza por el poder del Espíritu Santo." Romanos 15:13 Ahora debemos tener en cuenta que, en ocasiones las cosas no resultaran como las deseamos, tal vez porque no nos convenía, porque aún no era el momento, o por que el plan de Dios es diferente al que nosotros deseamos o consideramos bueno. Y aun así, no debemos dejar perder la esperanza puesta en Él. Dios nunca se equivoca. Esto debemos aceptarlo por más que nos duela. ¡Él es el Dios de la esperanza! -Adry Victoria- Los seres humanos necesitamos grandes dosis de optimismo, que nos ayuden a sentir que no debemos dar la lucha por perdida. Necesitamos saber que todo estará bien, que siempre hay un mañana mejor, y una luz al final del camino. A esto se le llama tener esperanza, la que nos permite no flaquear en momentos intensos y difíciles. Es la mejor arma que tenemos los seres humanos con el fin de no perder las fuerzas. Ella nos visita para poder levantarnos y continuar hacia delante. La palabra esperanza significa "un sentimiento de expectativa y deseo de que suceda algo", y es una de las emociones humanas más preciadas. A muchos les hace falta tenerla, sentirla, buscarla, y han permitido que su pesimismo llene sus entrañas. Todo lo ven con ojos de derrota y negatividad. Por esta razón se alejan de Dios y así digan creer en él, creen que nada se merecen y nada bueno pasara en sus vidas. Sin ella, el camino de la vida puede hacerse realmente insoportable. En el salmo 146:5 encontramos “Bienaventurado es aquel”, dijo el salmista, “cuya ayuda es el Dios de Jacob, cuya esperanza está en Jehová su Dios” Aristóteles definía a la esperanza como “el sueño del hombre despierto”. Y es que, a lo largo de la historia, gran parte de los pensadores han reconocido su valor e importancia. Nietzsche habla de ella como “el mayor estímulo vital” y Tales de Mileto nos recuerda que “es el único bien que conservan las personas que lo han perdido todo”. cuando tenemos esperanza estamos en condición de luchar para conseguir lo perdido, para recuperarnos de una caída, una enfermedad, una adicción, un perdón o una oportunidad. La invitación es a cultivar la esperanza... -Adry Victoria- Te comparto que hace unos días dije:
“Dios, sé que una manera de mostrar mi fe en ti es entregándote este dolor. Es poniendo en Tus manos verdaderamente la salud y la vida de mi hijo. Debo saber esperar y confiar. Pero también te pido por fortaleza. Dame fortaleza para cualquier noticia que pudiera recibir, fortaleza para saber esperar por un milagro. Fortaleza para conciliar el sueño, trabajar y seguir adelante a pesar de. Fortaleza para no ser manipulada por el amor o las culpas que un día sentí por mi esfuerzo en querer proveer como jefe de hogar al haberme separado." Prendo una luz en mi corazón en nombre de él. Una luz con una oración especial y específica... “Dale una oportunidad de vida." Solo aquellas madres que pasan o han pasado por casos así, logran entender lo que sufre una madre cuando un hijo está mal. Me levanto cada mañana, sonrío, doy gracias por mi vida y el nuevo día. Me siento a trabajar con la mejor actitud posible. Doy mi mejor cara a los clientes, pero he sentido un vacío en mi estomago por varios días. Me ha sido difícil concentrarme, escribir, y digo: Señor, perdóname. Perdóname por sentir el vacío, a pesar de que he puesto esta situación en Tus manos, pues Tú dices que, si pedimos por algo, lo pidamos creyendo que lo recibiremos. Que, al poner las cargas en ti, debemos soltar y no sufrir, o sea, descansar en tus promesas. Pero me ha sido difícil “Soltar” y al mismo tiempo por el pensamiento que llega a mi diciendo: - “Adry: es su decisión, no la tuya. Él conoció del Señor.” - Es por esta razón que durante esta semana mis publicaciones han sido acerca de los padres, del amor, las decisiones, las responsabilidades. El saber enseñar, saber obedecer y también saber soltar. Entendí que no me puedo sentir culpable por las decisiones de algunos de mis hijos. Que sus equivocaciones no han sido por una mala educación, un mal ejemplo o por falta de tiempo en el transcurso de su crecimiento. Ellos tienen la suficiente conciencia para entender lo que es bueno y lo que es malo, así como saben la diferencia entre el blanco y el negro, que, como madre, al ellos convertirse en adultos solo puedo orar. Y les digo a aquellos padres que han tenido la fortuna de dar con hijos excelentes, estudiosos y en buen camino, que no se cansen de dar gracias a Dios por ello. Como dije antes aquí no se trata de una mejor educación, ejemplo o tiempo. Créanme que no. Conozco varios pastores de iglesias con madres entregadas a sus hijos y sufren hoy en día como yo. Otros que han sido vagos, alcohólicos, golpeadores y sus hijos son ejemplares. ¿Entonces, en qué consiste? En las decisiones que ellos toman. Y por más que nos duela, esas decisiones tendrán consecuencias que nosotros no podremos evitar. -Adry Victoria- Queridos jovencitos: cuando su padre los instruya, préstenle atención, si realmente quieren aprender. Yo, como maestro, les doy este buen consejo: no abandonen sus enseñanzas. Yo también fui niño; tuve un padre y una madre que me trataban con ternura. Mi padre me dio este consejo: «Grábate bien lo que te digo, y haz lo que te mando; así tendrás larga vida. Hazte cada vez más sabio y entendido; nunca olvides mis enseñanzas. ¡Jamás te apartes de ellas! Si amas a la sabiduría y nunca la abandonas, ella te cuidará y te protegerá. Lo que realmente importa es que cada día seas más sabio y que aumentes tus conocimientos, aunque tengas que vender todo lo que poseas. Valoriza el conocimiento, y tu vida tendrá más valor; si haces tuyo el conocimiento, todos te tratarán con respeto, y quedarán admirados de tu gran sabiduría. »Escúchame, jovencito: hazme caso y vivirás muchos años. Yo, como maestro, te enseño a vivir sabiamente y a siempre hacer el bien. Vayas rápido o despacio, no tendrás ningún problema para alcanzar el éxito. Acepta mis enseñanzas y no te apartes de ellas; cuídalas mucho, que de ellas depende tu vida. No te juntes con gente malvada ni sigas su mal ejemplo. ¡Aléjate de su compañía! ¡Aléjate, y sigue adelante! Esa gente no duerme hasta que hace algo malo; ¡no descansa hasta destruir a alguien! En vez de comer, se satisface cometiendo maldades; en vez de beber, festeja la violencia que comete. » La vida de los hombres buenos brilla como la luz de la mañana: va siendo más y más brillante, hasta que alcanza todo su esplendor. La vida de los malvados es todo lo contrario: es como una gran oscuridad donde no saben ni en qué tropiezan. »Querido jovencito, escucha bien lo que te digo. Grábate bien mis enseñanzas, y no te apartes de ellas, pues son una fuente de vida para quienes las encuentran; son el remedio para una vida mejor. Y sobre todas las cosas, cuida tu mente, porque ella es la fuente de la vida. No te rebajes diciendo palabras malas e indecentes. Pon siempre tu mirada en lo que está por venir. Corrige tu conducta, afirma todas tus acciones. Por nada de este mundo dejes de hacer el bien; ¡apártate de la maldad!» Proverbios 4:1-27 Les dejo este proverbio... -Adry Victoria- Como buenos padres siempre vamos a querer ayudar a nuestros hijos. Cuando eran niños o adolescentes, era fácil hacerlo e incluso era parte de nuestro trabajo. Ayudarles, guiarles, motivarles, indicarles que caminos tomar. Cómo se debía comer, vestir, cómo caminar, montar en bicicleta, orar, cómo comportarse en una mesa, en casa ajena, en un restaurante, en la iglesia, y así sucesivamente. Cuando llegan a su edad adulta, toman sus propias decisiones, algunos deciden llevar un buen camino, otros no. Algunos se independizan, estudian y trabajan convirtiéndose en personas de bien. Algunos se casan y son buenos en su hogar, otros no. Otros deciden hacer todo lo contrario de lo que se les enseñó o inculcó. El punto es que nosotros los que somos padres lo seremos por siempre, aunque a veces llegamos a pensar que la tarea termina cuando ellos crecen y se van. Pero NO. La realidad es que un padre nunca termina de velar por ellos. Como padres siempre estaremos al pendiente y siempre estaremos tratando de ayudarles en todo lo que nos sea posible. Incluso en ocasiones quisiéramos vivir sus vidas para que no pasen por lo que uno paso. Queremos protegerlos del dolor, los desengaños, los problemas económicos, las tentaciones. Les decimos: “Hijo pilas con esto, no te endeudes tanto, ahorra, sé prudente. Esta persona no te conviene, ese trabajo no se mira bien, o ese trabajo me parece súper para ti. No tomes licor, no comas tales cosas, hijo te lo digo por tu bien.” Tratamos casi de llevar sus vidas a nuestras espaldas. Queremos que sean perfectos. Cuando se convierten en adultos, NO es malo darles una opinión, ayudarles de vez en cuando con sus hijos, darles una mano en una deuda si es que lo necesitan y está a nuestro alcance. Debemos aprender a soltar a nuestros hijos y permitir que ellos se hagan responsables de sus actos y decisiones. Ellos deben aprender a caer para que sepan cómo levantarse. Deben adquirir sus propias experiencias buenas o malas. Nosotros debemos entender que en ocasiones el ser los paracaídas de ellos en todo momento, más que hacerles un bien, se les hace un mal. Conocí el caso de un hombre que al perder a su madre sentía morir. No sabía cómo pagar un bill, cómo hacer unos huevos, cómo planchar una camisa, y si la mujer con la que salía sería buena o mala opción para él. Era tan, tan dependiente de su madre que sentía coraje, más que tristeza, de que ella hubiera partido. En otros casos, existen hijos que culpan a sus padres por todos sus fracasos, por sus errores e incluso por sus temperamentos y actitudes. Cuando sobre proteges tanto a tus hijos los haces irresponsables, conchudos, y algo groseros en la mayoría de los casos. Por lo tanto, TODO tiene un límite. Esos padres sobre protectores, les faltó entender en su momento el versículo que dice: “No dejes de disciplinar al joven; si lo castigas con vara, no se morirá.” Proverbios 23:13 Enséñales, consiéntelos, cuídales, pero también corrígeles. En ocasiones aprendemos estas verdades, cuando estamos sufriendo por ellos. -Adry Victoria - “El amor no se deleita en la maldad, sino que se regocija con la verdad. Todo lo disculpa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta”. 1 Corintios 13:6-7 En un gran corazón hay espacio para todo. Un gran corazón es el que tienen la mayoría de las mujeres y hombres nobles, tiernos. Aquellos que siempre tienen espacio para dejar pasar por alto las malas actitudes, las malas respuestas. Aquellos que son capaces de perdonar todo, de no albergar nada negativo. Aquellos que siempre saben ser amigos, esposos, padres, hijos, compañeros. Aquellos que saben dar amor, que saben ser incondicionales, buenos consejeros y que también saben asumir responsabilidades y escuchar consejo. “Si hablo en lenguas humanas y angelicales, pero no tengo amor, no soy más que un metal que resuena o un platillo que hace ruido.” - 1 Corintios 13:1- En cambio, un corazón vacío no es capaz de dar ni de recibir. En él no hay espacio para nada, es hermético, duro, frío. -Adry Victoria- |
ADRY VICTORIA G. PIEDRAHITA.Palabras de mujer a mujer... Archives
July 2024
Categories |