El viernes en la noche, tipo 7:30p.m., después de terminar con mis pendientes, me dirijo a la ciudad de Perris, a la casa de mi amiga Evelia, donde recogería un par de encargos que me tenía. Ella está en la tarea de ayudarme a decorar mi nueva casa. Al llegar allí me recibió con un fuerte abrazo, me miro y dijo: - ¿Cómo estás?- Haciéndome sentir un nudo en la garganta, le contesté: -Bien amiga, estoy con vida y llegue aquí; por lo tanto, estoy muy bien.- El abrazo fue tan bonito, que su esposo sentado al fondo en la silla de su comedor, me dijo: - “Hola, Buenas noches, pase a cenar, ya me voy a sentir celoso de ese abrazo”- y sonrió. Dios sabe dar dones de sensibilidad a algunas personas. Ella en vez de dirigirme al comedor, donde se encontraba su esposo, me llevó a su habitación, donde volvió y me pregunto: -Hermosa, ¿cómo estás? - Mi respuesta fue: “- Con dolor en mi corazón amiga.”- Esta semana recibí un texto tipo 3:00a.m. que me hizo tomar una decisión dura. Algo que durante todo un año no quise hacer, por tratar de ser noble, justa, paciente. Por tratar que esa persona no perdiera dinero, y se quedara con algo que le ha costado, o para decirlo mejor, que a ambos nos costó. Pero yo quería que él lo conservara. Lo malo es que al estar el préstamo a mi nombre únicamente, si el no hacia los pagos a tiempo o cumplidamente, el banco estaría sobre mí, no sobre él. Quise confiar y esperar a pesar de varios atrasos, hasta que esta semana ocurrieron tres cosas: Primero, cuando hablé con el banco y me dijo la consecuencia legal que tendría si esa persona movía la casa rodante, se atrasara en los pagos, y yo no supiera la dirección de donde estaría estacionada. Me preguntaron hasta qué punto podía confiar en él. Lo segundo fue haber escuchado un audio de Joel Osteen, que hablaba sobre “NO ERES UNA VICTIMA”. Y lo tercero, y lo que remato todo, fue el texto de esa madrugada, el cual fue retador o amenazante que decía: “Que un juez decida que es justo”. ¡WOW! Qué tremendos somos los seres humanos. Cuando ha sido mi crédito el perjudicado por todo un año. Le he dado suficiente tiempo para que la compre, la refinancie o haga algo al respecto. Incluso que me mostrara que podía confiar en su palabra. Pero lo que recibo de su parte es agresión y decir que yo quiero el control. Nuevamente me sentí con rabia, impotente, con miedo, con pesar. Un revuelto de sentimientos que no sabía cómo ponerlos en orden, para que me dejaran pensar claramente. De repente me encontré diciéndome: “¿HASTA CUANDO SERÁS LA VICTIMA DE ESTE SUJETO?”, y recordé el audio de Joel Osteen. Lo busqué y volví a escucharlo. Luego llego a mi mente nuevamente la pregunta: - “¿Hasta qué punto PUEDO confiar en él?”- Con dolor en mi estómago e inflado, como si algo me hubiera caído mal, decidí que tenía que poner un alto a esta situación, y en mi mente quedó la palabra “VICTIMA” y dije: -Creo Dios quiere que lea y escriba al respecto.- Hablé con mi amiga un poco más. Me compartió parte de su testimonio. Una mujer que perdió a uno de sus hijos cuando lo mataron. No se dejó sumir por el dolor, siendo víctima de un dolor incomparable. Después perdió igualmente al amor de su vida por una enfermedad terminal al poco tiempo. De allí, le ha tocado muy duro, sola criando a sus otros dos hijos varones y una niña adolescente. Me contaba que le dijo a Dios, que la ayudara a superar ese dolor, porque su hija la necesitaba. Y ahora en el grupo de té de las mañanas en el sector donde vive, trata de ayudar a otras con su testimonio. Esa hora y media que compartí con ella en su casa fue de mucha bendición para ambas. Regresé a casa con un bellísimo jarrón azul y flores amarillas para decorar mi habitación. Estaba algo cansada, pero con la certeza de lo que quería compartirte hoy, y de la lectura que debía hacer para investigar al respecto. Al entrar a leer en el internet el sábado, encontré: “VICTIMA: Persona que sufre un daño” En diversos momentos, todos pasamos por periodos vulnerables que nos han hecho sentir o estar en esta posición. Algo que es completamente lícito y normal. Sin embargo, cuando nos quedamos en ese plan de víctima por siempre, es destructivo. Seguidamente decía: “-Y si es destructivo, ¿por qué nos quedamos allí? - A lo que responde que una de las causas puede ser, porque no supimos cómo salir de la primera crisis experimentada, e inconscientemente nos quedamos encerrados en un sentimiento de dolor sin cura. Nos convertimos en personas prevenidas, siempre a la defensiva, problemáticas, aburridas, pesadas. Incluso nos lleva a veces, a ser Irresponsables en nuestras acciones y decisiones, haciéndosenos más fácil, echarle la culpa a los demás de todo lo malo que nos ocurre o nos llegara a ocurrir. En otro artículo, la psicóloga Gema Sánchez decía que, “Ser una víctima es una cuestión de perspectiva, pues adoptar el rol de ser una víctima, es mucho más fácil que encarar la situación y hacerle frente con valentía.” Ella menciona que, “La ADOPCION DE MEDIDAS PARA CAMBIAR LAS SITUACIONES CON LAS QUE UNO ES INFELIZ, ES JUSTO LO CONTRARIO A SER UNA VICTIMA, porque TIENE LA OPORTUNIDAD de hacer algo para CAMBIARLO. Y eso me calló como gancho al HIGADO. Me habló directo. Entonces caí en cuenta, que en este caso en especial había adoptado el rol equivocado. Yo estaba siendo víctima de mis propias decisiones. No debía culpar a nadie, ni sentir rabia. Debía ser lo suficientemente fuerte para ser honesta conmigo y enfrentar el hecho, de que estaba en esta situación por elección propia. Al momento de leer e ir escribir para ti, iba entendiendo más lo que leía. Ella menciona que reconocer la ira es algo fundamental para empezar un proceso de acabar con ella. Y fue hasta que entendí que yo estaba mal. Verdaderamente doy gracias a Dios por su forma de trabajar conmigo. Pone en mis manos lo que necesita que aprenda, que cambie y que, de acuerdo con eso, yo les comparta a ustedes. Ahora después de lo que te comparto, si en algo te has identificado, creo que es el momento en donde tú puedes decidir si: ¿Vas a ser víctima o protagonista de tu vida? Yo decidí que no quiero ser más víctima de mí misma y por ende de nadie. Aprendí que hay decisiones que se deben tomar en el acto, por duras que estas sean. También aprendí que seguramente querrán seguir dañándome. Pero, Elegiré de nuevo, ser Fuerte no Víctima. Un abrazo, Por Adry Victoria.
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