Sólo cuando se llega a ser madre, es posible comprender la realización que una mujer siente cuando concibe a sus hijos. Esta realización no tiene nada que ver con aspiraciones profesionales ni logros. ¡Es algo incomparable y maravilloso! Nada puede igualar la sensación que vive un alma cuando da vida, cuando siente y ve nacer a esa más hermosa criatura que llevó en su vientre durante nueve meses. Su más fiel y bella compañía, aquella que se movía y de vez en vez daba tan grandiosas pataditas. Es la mas hermosa sensación que puede experimentar una MADRE. ¡Cómo puede alguien decir que no es bello ser madre, si es el más bello regalo que Dios nos a concedido a muchas mujeres!
No hay sonrisa más genuina que aquella que se dibuja en los labios de una madre que ve a su hijo ahí junto a ella. Nunca antes había sentido tanta dicha como ahora que tiene una criatura creada por el amor y por el don que Dios puso en su ser. Una personita que le hace sentir con cada fibra de su cuerpo que ser madre es un don maravilloso e inigualable, trae consigo una inmensa responsabilidad, la cual implica miles de tareas y sacrificios que siempre son llevados a cabo con el inmenso amor que sólo una madre sabe dar. Aunque muchas veces también nos causara dolor, seguiremos siendo madres protectoras, amorosas, madres consejeras, madres que nunca se cansarán de orar por ellos, por su bienestar, por su cambio, por su crecimiento, por la relación que deseamos tengan con el Señor así como nosotras la tenemos. Una madre quiere que a sus hijos les vaya todo bien en la vida, pero también quiere que en medio de tormentas, aprendan a navegar en alta mar. "Madre", Tarea nada fácil, con diferentes colores, etapas y matices. Aquellas que a pesar de todo seguiremos sintiéndonos felices por haber podido serlo, pues debemos ser conscientes que al pasar el tiempo, ellos de ser preciosos bebes, pasarán a inquietos niños, luego a jovencitos traviesos, después a adolescentes difíciles, y seguida y rápidamente a hombres o mujeres adultos. Algunos serán hijos ideales, inteligentes, prósperos, profesionales, amorosos, correctos, responsables, sanos, amables, justos, personas generosas y muy detallistas. Pero también podrán salir algunos, tercos, obstinados, mal hablados, secos, medio vagos, los que serán muy fríos e indiferentes. Algunos de repente mal agradecidos. Y seguramente todo ello nos llena de dolor o de mucha alegría. De orgullo o de desilusión. Pero con todo y todo siempre seremos las mujeres más felices por haber podido saber y sentir lo que es ser madre. En algún momento de estas diferentes etapas, lograremos entender el por qué de muchas reacciones o actitudes de nuestros padres. Algunos sentirán lo afortunados que fueron con los padres que tuvieron. Otros sentirán que sus padres fueron un desastre, pero que en medio de todo trataron de hacer lo mejor que pudieron. Triste para aquellos que quedaron sin padre o madre a una temprana edad, y peor aún, dónde quedan aquellos que al nacer ya no tenían padres. En este mes de mayo reflexionando en lo que es ser madre y todo lo que conlleva serlo, empecé a escribir, y al ir plasmando lo que mi corazón sentía al respecto, me di cuenta que habían sentimientos muy bonitos, pero también otros con algo de tristeza. Por eso digo que ser madre no es fácil. Porque por más que te esfuerces a ser la mejor versión de ella, nunca serás perfecta. Tendrás algunos súper aciertos y también tendrás equivocaciones. Pasarás por etapas donde tus hijos te dirán cuánto te quieren y lo agradecidos que están contigo por todo lo que has representado en ellos. Pero también podrás pasar por esos momentos donde te culpen por ciertas actitudes con las que ellos pelean. Sea como sea, te cuento que en lo personal, me costó entender que di lo mejor de mí. Y que si alguno de ellos paso por momentos difíciles, tal vez de rebeldía o malas decisiones, algunos con carácter duro o poco expresivos, no había sido necesariamente por mi culpa, pues ellos tienen criterio propio. Ellos a pesar de la educación que les des, toman sus decisiones y escogen los caminos que desean escoger. Pues por más que los cargues a tu lado, por más que les des el mejor ejemplo, si quieren ser traviesos, por así decirlo, lo serán. Y eso no te convierte en una mala mujer o mala madre o padre. Entonces que esto nunca nos robe la felicidad de lo que es ser madre. Yo un día comprendí el por qué de la actitud y la forma de ser de mi madre. Trabajé en las heridas que cargaba mi corazón y decidí entenderla y quererla. Me di cuenta que en el camino de mi pelea emocional fue más el daño que me hice, pues por pelear en no parecerme a ella, fui muy blanda con mis hijos. Algo que años después me hizo sentir culpable por las equivocaciones que ellos cometían y esto causó mucho sufrimiento y dolor en mí. Pero luego, al ir creciendo en el evangelio e ir mirando espejos, donde "padres perfectos” y lo pongo en comillas no porque no lo sean, pues todos tenemos algo tenemos que corregir, siempre algún defecto o debilidad nos acompañará. Lo pongo entre comillas es por que fueron o han sido padres que tuvieron vidas con menos traumas, padres que nacieron en un hogar donde tuvieron ambos padres, con ambientes saludables de amor, respeto, unión, y claro también reglas, normas y disciplina. Padres que han tenido el privilegio de decidir que la madre no trabajara para dedicarse a criar a sus hijos, educarlos y estar al pendiente de ellos al cien por ciento, también han tenido que luchar con hijos que han tomado malas vías, malas decisiones, algunos se has descarriado a tal magnitud que hasta sus vidas han perdido. Entonces hablando un día sobre el tema con una amiga, llegué a la conclusión que ser madre es lo mas maravilloso, que es una hermosa bendición. Pero que como toda cosa bella, debemos entender que trae sus altas y bajas y no por eso debemos dejar de sentirnos privilegiadas ni orgullosas de haber sido madres como primer punto. Y como segundo punto, debemos tener bien claro que no somos responsables de sus cambios en su edad adulta, de sus acciones y mucho menos de sus decisiones. Cada uno de nuestros hijos seguirán siendo nuestros hijos aun después de que partamos de este hermoso mundo. Siempre los amaremos y siempre nos sentiremos contentas de haber sido sus madres. Por eso se dice que el amor de madre es ÚNICO. Aunque no debemos ser alcahuetas, nunca los dejaríamos solos. Si hay un amor que podamos llamar verdadero es el amor sincero de una madre, un amor que a su vez es eterno e infinito. En realidad, ser madre implica seguir los pasos de unos pequeños maestros, los hijos, hasta que se hacen grandes. Con sólo existir y sin saberlo nos enseñan a amar de manera incondicional. Ser madre significa nunca más estar sola en el pensamiento, una madre siempre piensa doble: Por sus hijos y por ella. Esto nunca deja de ser, especialmente cuando parten de casa. Me atrevería a decir que incluso ya viéndoles casados y con sus propios hogares no dejamos de pensar en ellos, ni dejamos de orar por ellos. Nunca se deja de ser madre. Las madres son las personas más fuertes del mundo. Su debilidad es su punto fuerte y este siempre será el amor hacia los que cada día encienden su corazón y sus ganas de vivir. Un día madres y un día abuelas ambos títulos espectacularmente hermosos. Entonces, ¿Cuándo dejamos de pensar en ellos? ¿Cuándo dejamos de Orar por ellos? ¿Cuándo termina nuestra tarea, misión o carrera? Podremos pensionarnos un día de nuestros trabajos, tal vez a los 65 años, pero... ¿nos pensionaremos de ser madres? A una Madre: “Sus hijos la felicitan; su esposo la alaba y le dice: «Mujeres buenas hay muchas, pero tú las superas a todas».” Proverbios 31:28-29 TLA Con cariño... una madre! -Adry Victoria-
0 Comments
Leave a Reply. |
ADRY VICTORIA G. PIEDRAHITA.Palabras de mujer a mujer... Archives
July 2024
Categories |