Un héroe verdadero no es el que actúa con trampa y nunca podrá ser un ganador. Debemos aprender que perder no es una vergüenza. Vergüenza es hacer cosas malas y saber la verdad de las cosas en nuestro corazón y no aceptarlas negándolas a toda costa. El héroe surge de las luchas ganadas a través del dolor, las lágrimas y la decepción. Él sale a flote cuando coloca su fe y su esperanza en Dios, cuando entiende que ese dolor solo está puliendo y trasformando su vida porque debe ser un ser utilizado como testimonio y ejemplo para otras personas. Sé que es duro aceptarlo y más vivirlo. En ocasiones podremos preguntarnos: ¿Dios por qué no me utilizas, y me usas sin necesidad de que me hagas atravesar por tan dura prueba? Quiero servir a Dios, pero la realidad es que cuando estamos siendo trasformados debemos pasar por el proceso del dolor. Más aún cuando deseas ser feliz con toda tu alma y estarías dispuesta a muchas cosas para Dios. Pero nos es difícil ver y aceptar que hay cosas inevitables cuando trabajas para Él. Alguien me dijo: Adriana tú tienes un don increíble. Tienes mucho para darle al Señor, eres fuerte, eres un imán para muchos, un ejemplo para otros. Eres una guerrera!! Fuerte, luchadora y ganadora. Pero yo me negaba a ver esas virtudes, tal vez por tener mi autoestima tan baja. Creía y sentía que solo me lo decían para darme ánimo. Para que me auto convenciera de cosas positivas mías. El día que subí a un avión para alejarme de lo que tanto me estaba doliendo y en busca del cariño y apoyo de mi familia con mi corazón súper partido, dejando 21 años atrás de vida, de recuerdos de luchas y de un gran amor, un amor que pensé que era el último, del que pensé había sido un regalo de Dios, un hombre que había soñado, creyente de mi padre Dios, que también había sufrido que deseaba amar y ser amado un hombre sin problema de ex esposas o hijos en problemas, trabajador, joven y con los ojos más bellos que había visto mi corazón. Hoy le decía en mi corazón adiós... Ha sido el adiós más doloroso de toda mi vida. Pero al sentirme destruida y con un pagina web que hace unos meses atrás había empezado con un llamado que Dios había puesto en mi ser y animada por Él y otras personas que me conocían, la había dejado en silencio 29 días atrás por el dolor de una noticia que decía: ¡Adriana ya no quiero nada contigo! No soy feliz contigo. ¡Wow! Casi me muero. Han sido los 29 días más tremendos de mi vida. Creo que nunca había llorado tanto. al subir a este avión, no podía dejar de Llorar. Creo que la gente me miraba diciendo: ¿Qué le pasará? Logré orar y decirle a Dios: Por favor no me sueltes quiero seguir sirviéndote y quiero seguir esperando por el milagro que tienes preparado para mí, porque sé que tienes algo especial. Puse una película sin querer ver nada mas que llorar. Pero algo dentro de mí me decía que pusiera algo. Saque ánimo, me puse el audífono y empecé a buscar. Encontré la versión nueva de la mujer maravilla. Y esa película empieza mostrando Mujeres Guerreras, fuertes, bellas y muy valientes. Con unas palabras un poco adelante que decían: PERDER NO ES VERGÜENZA. No debo sentir pena por haber perdido el amor de MI esposo. Debo sentir pena si me dejo derrotar, sino miro el valor que hay en mí. Tener defectos no es pecado, triste es no trabajar en ellos y justificarlos. También recordé a través de esa misma toma de la película, que UN VERDADERO HÉROE es aquel que lucha, que se para y dice no estoy vencida. Estaré caída en este momento, pero no derrotada. Dios, hoy entiendo que me necesitas para ser la voz tuya y ayudar a otras a mujeres y hombres que hoy no han logrado pararse de una depresión, de un inmenso dolor y quieres que les digas que tú estás con ellas, pero que necesitas que te busquen de corazón, que sean fuertes.. y ¿cómo? Sacudiéndose, mirando el valor que Él ha dado a cada uno de nosotros. Sabiendo escuchar su voz a través de un libro. Una prédica o una película como fue mi caso. Cuando tú oras y pides que Dios te hable, Él usa cualquier recurso, por increíble que te suene. Entendí que soy hermosa, luchadora, fuerte, con un propósito a cumplir siendo una vez más tumbada pero al fin de cuentas una guerrera. Honesta y con un noble corazón que acepta que está en una nueva prueba, en una batalla más que debo ganar y volver a sonreír con una luz que me ha caracterizado y me a ayudado a reflejar al Dios que me ama y me ha enseñado a perdonar y a amar como Él perdona y ama. Al final del día eso es lo que cuenta. Lo que hay en tu corazón y lo que das. Ánimo... tú puedes. Levántate, Dios está a tu lado. - Adry Victoria -
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