Hoy quiero hablar contigo... Hoy quiero preguntarte: ¿Cómo estás? ¿Cómo esta tu vida, tu vida laboral. tu vida emocional, tu vida espiritual? ¿Cómo esta tu salud? ¿Sigues cuidándote? ¿Acaso ya has aprendido a vivir con este nuevo estilo a tal punto que perdiste el respeto a dicha enfermedad y cómo ataca? ¿Acaso ya te sientes tranquilo y eres de lo que dices: “¡Lo que va a pasar va a pasar y no por eso dejare de vivir!"? ¿Qué se ha convertido en lo mas importante para nuestra vida? ¿El vivir un día a la vez? ¿El vivir como si fuera el último? ¿El vivir lo que antes no había vivido para no perder más tiempo y aprovechar lo que me quede de vida? O simplemente sigues viviendo sin pensar en nada... Porque "para qué estresarse, para qué preocuparse, para qué planear, para qué tener expectativas... ¡Hay que vivir como se vaya presentando cada día y punto! Hace un año y medio atrás cuando empezó el COVID, muchos sentimos angustia, muchos sentimos la necesidad de entregarnos más a Dios, la fe tuvo un reavivamiento. Personas que no asistían a una iglesia, ahora sí sentían la necesidad de hacerlo. Personas que no oraban regularmente, estaban más consientes que nunca que era importante tener una relación con Dios, que había que tener un acercamiento, que teníamos que vivir y estar a cuentas con Él, si queríamos que nuestras oraciones fueran escuchadas, y más aun, queríamos sentirnos que si algo nos pasaba, tendríamos la tranquilidad de saber que Dios estaba a nuestro lado, que no nos desampararía, nos sanaría, nos protegería, y en el peor de los casos, estaríamos en Su presencia porque estábamos a cuentas con Él. A muchos se les ha cumplido algunas de estas situaciones. Han enfermado, pero han sido sanados, han salido de estado grabe y han tenido la oportunidad de seguir aquí... Otros han enfermado y han muerto, y algunos de ellos se fueron con la bendición de estar a cuentas con Dios, ¡Gloria a Dios por eso y por ellos! Otros en cambio no vivieron, pero tampoco hicieron esas pases con Dios. Porque simplemente no tuvieron el temor a ÉL, ni el conocimiento, ni el tiempo... Otros han tenido la gran bendición, de haber tenido el virus, pero no sentir nada. No fueron sintomáticos, pero su cuerpo ya luchó contra ello y creo las defensas que necesitaba. El punto de esta reflexión es: ¿Dónde esta tu respeto, cuidado, prudencia, ante esta enfermedad que aún sigue haciendo estragos, acabando vidas? ¿Dónde está la guardia? ¿Cómo y en dónde sigue situada tu relación con Dios? Por favor, dime que con la misma fe que cuando todo esto comenzó. Dime que con los mismos cuidados y prudencia. Dime que cada vez crece más tu amor por Dios a pesar de haber perdido quizás a uno de tus seres queridos. Dime que consciente del riesgo que aun se corre y seguirá corriendo, porque esto vino para quedarse y nunca para irse, porque no volveremos a un estado de vida igual, normal o mejor... ¡Esa es la verdad! ¡Dame buenas noticias! La realidad es que abrieron la mayoría de ciudades y el mundo, porque así tenía que ser. Teníamos que aprender a vivir y seguir saliendo a delante. No podíamos estar encerrados por siempre ni el gobierno manteniéndonos durante todo el tiempo. Pero la otra verdad es que las personas empezaron a bajar la guardia, a cuidarse menos, a orar menos, a salir más, a convivir más, como si todo hubiera vuelto a la realidad de antes acostumbrada. Lo que no caemos en cuenta muchos, es que podemos volver a todo lo antes acostumbrado si así lo decidimos, pero NUNCA debemos volver a nuestra normalidad de vida conveniente, o sea de una vida a como la vayamos necesitando, unas veces muy cerca de Dios y otras muy alejadas, por nuestro estrés laboral, por nuestras agendas tan aprisa. Nunca debemos de volver a las vidas lejanas de Dios. Haciendo cosas que no estén bajo Su agrado, bajo Su aprobación, Su bendición. ¿Por qué? Porque independientemente del COVID, la vida sigue siendo frágil, pasajera, y efímera. Tristemente hoy, muchos han dejado de ir otra vez a la iglesia, muchos han dejado de conectarse con el mismo compromiso y entusiasmo a los servicios ofrecidos online. Muchos ya no se cuidan, muchos salen, muchos no usan máscara, muchos solo saben criticar el por qué te vacunaste o el por qué no te has vacunado. Solo saben hablar y hablar de los demás y las circunstancias según sus estilos de vida y costumbres. Y el luchar por el cambio, por la entrega a Dios, por un crecimiento espiritual y un reavivamiento han quedado en el pasado, como si el peligro ya hubiese pasado y sus vidas volvieran a ser eternas”... con un pensar de viviré hasta los 100 porque la ciencia dice que hoy en día se vivirá más... ¡Qué mal estamos! Con COVID o sin COVID al partir de este mundo solo tendremos dos rutas a seguir: Una será la bendición de despertar al lado de nuestro Padre Celestial, y la otra, la muerte eterna. Dios nos ama y nos ama demasiado. Es un Dios que perdona todo, olvida todo. Pero también es un Dios de orden, celoso y cumplidor de Su palabra. Por favor, no volvamos al antiguo estilo de vida. No nos alejemos de Dios, no nos convirtamos en los que éramos antes, personas que estamos sólo cuando nos conviene, porque en tan solo segundos todo puede cambiar y de repente ya no tendremos tiempo de volver a arrepentirnos. Te invito a leer: 1 corintios 15:58 2 Pedro 3:17 1 Pedro 5:10 Isaías 26:3 Proverbios 4:26 Dios nos ayude a estar y seguir firmes... -Adry Victoria-
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ADRY VICTORIA G. PIEDRAHITA.Palabras de mujer a mujer... Archives
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