“Una sola persona puede ser vencida, pero dos ya pueden defenderse; y si tres unen sus fuerzas, ya no es fácil derrotarlas.” Eclesiastés 4:12 TLA A mis 51 años después de muchos golpes y hacerme la sorda, puedo decir que ahora entiendo verdaderamente la importancia de la unión de tres, y que ese tercero era hacer parte a Dios de mi vida... de nuestras vidas, de nuestro hogar y matrimonio. Qué triste que a veces nos demoremos tanto en entenderlo. Qué triste que tengamos que pasar por divorcios, caídas y duros golpes, por no haber puesto desde jóvenes la mirada en Dios, y haber entendido sus enseñanzas como debía ser. Mejor luché con mi fuerza y mi entendimiento "porque según yo” o la mayoría de jóvenes, sabíamos lo que hacíamos, y pensábamos que Dios lo aprobaría porque Él era más un mito, una teoría o una fábula que nos enseñaba a vivir mejor, que el ser importante que nos creó, que sanó enfermos, que dio vida a muertos y ayuda a quienes le buscan y obedecen. En ese entonces lo veíamos imposible a nuestro ojo y entendimiento. Si hubiéramos dejado tanto afán, tanto ego elevado o simplemente tanta sordera, habríamos evitado tanto dolor y lágrimas. Habríamos evitado heridas porque quieras o no, sí dejamos heridas por el camino con nuestras malas decisiones, especialmente a nuestros hijos, que aunque nos digan que nos apoyan y nos entienden, les dejamos heridas. Heridas tales como la sensación de abandono, de soledad, de ansiedad y de un "SI HUBIERA TENIDO UN HOGAR NORMAL TAL VEZ…" Todo tiene consecuencias: Los actos, las acciones y el ejemplo que ellos vean en nosotros. Lastimosamente, lo primero que vemos y atesoramos en nuestra mente, es el recuerdo de nuestros padres. El cómo se hablaron y cómo era nuestro hogar. Y de ahí seguimos un patrón que depende de nosotros hacerlo mejor o seguir un patrón de maldición. Este tema podría ser muy largo, pero te comparto un poco de mi testimonio, para que sea cual sea la situación por la que estés pasando, hagas un alto en el camino y pienses cómo estás llevando tu vida. ¿Dios hace parte de tus decisiones? ¿Si han dejado heridas en tu infancia o tu juventud y si sigues arrastrando con ellas, o deseas hacer un cambio para que no repitas ese ciclo de heridas en tu familia? Hay cadenas que se pueden romper... No importa la edad que tengas o cuántos errores has cometido hasta hoy. Nunca es tarde de cambiar, sanar y hacer a Dios parte de TU VIDA. -Adry Victoria-
0 Comments
Leave a Reply. |
ADRY VICTORIA G. PIEDRAHITA.Palabras de mujer a mujer... Archives
July 2024
Categories |