En las situaciones difíciles aparecen muchas emociones, algunas de ellas son tan intensas que llegan a bloquear tu inspiración, tu motivación e incluso tus fuerzas dependiendo de las circunstancias.
Sabemos que estamos en las manos de Dios y que Él nunca nos desampara, especialmente si a diario le buscamos en oración y entregamos nuestras preocupaciones. Pero dentro de nuestra condición humana es verdad que cuesta mucho trabajo soltar totalmente algunas de esas aflicciones, especialmente si nuestros hijos son parte de ellas. Si lloras, si te comes las uñas, si no duermes, si pierdes el apetito, ¿ellos cambiarán? ¿Sanarán? ¿Buscarán nuevamente a Dios? La respuesta es: !NO! Ellos cambiaran de actitud, saldrán de adicciones o serán responsables, el día que ellos decidan cambiar, mejorar, sanar o buscar ayuda, dependiendo del caso. Entonces, ¿Es normal que como madres sintamos múltiples emociones, los nervios nos ataquen y la impotencia nos invada? Claro que sí, “pero no te estanques en algo que no está en tus manos solucionar.” Fue la respuesta que llego a mí, después de varios días de sentir un vacío en el estómago. Suena fácil, quizás frío, pero es la verdad. No puedes ayudar a quien NO se quiere dejar ayudar. Fue a la conclusión que llegué después de mucho pensar, orar y llorar. En el momento que se convierten en adultos TODO CAMBIA. Cuando te tocan casos difíciles con alguno de tus hijos, sólo te queda ORAR pidiendo a Dios por un milagro y por fortaleza para tu vida. Las madres que han dado con la fortuna de tener hijos en un buen carril, no deben cansarse en dar gracias a Dios por ello. -Adry Victoria-
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ADRY VICTORIA G. PIEDRAHITA.Palabras de mujer a mujer... Archives
July 2024
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