¿Qué es lo que consideras que da sentido a tu vida?
¿Dime si alguna vez te has sentido perdido, especialmente cuando sientes que cometiste un error tan grande, que hizo que en vez de que avanzaras, retrocedieras? Si retrocedieras en el tiempo tanto, tanto, que el solo hecho de pensar en cuánto tiempo te tomará recuperar lo que un día estaba quizás muy cerca de ser alcanzado, y por desesperación de estar esperando lo que no veías llegar, tomaste un paso, una decisión que marcaría definitivamente tu vida. Y años más tarde te darías cuenta que Dios no se equivoca cuando nos dice: Todo a su tiempo. Que si no responde a una oración en el momento que deseamos, es porque, no es el momento. Sencillamente, el no saber esperar o no saber escuchar la voz de Dios, nos traerá dolor, frustración a mediano plazo y mucha tristeza al poder ver las equivocaciones cometidas. Por un lado, mi corazón se contrae, se apachurra por haberme dado cuenta que demoré en madurar o en saber hacer un alto para pensar y reaccionar. Pero por otro lado entendí que si no hubiera pasado por dichas circunstancias, no valoraría hoy a las personas y las situaciones, cómo lo hago en este momento, y mucho menos a la vida y relación que ahora sí tengo con mi creador. Aunque me falta acercarme y buscarle mucho más, tal vez como un día lo hice, en ese primer amor que llega a nosotros cuando le conocemos. Me siento más cerca y trabajando con Él como nunca antes lo había hecho. ¿Sabes? Es tan reconfortante darte cuenta que a pesar de nuestras caídas, Él siempre te está estirando su mano y quiere enseñarte a vivir esas caídas de tal manera que no sean dolorosas, pero somos tan tercos, desesperados y obstinados, que nos gusta aprender por el camino más difícil, más lleno de piedras y tropiezos. Hoy a pesar que me duele el alma al ver que si hubiera esperado, tan solo un poco, un poquito más, ¿Cómo sería de diferente muchas cosas en mi entorno? Pero otra vez: El hubiera NO existe. Sólo existe en películas. Lo real es él hoy, y el hoy me enseña una lección: Que cada acción tiene una consecuencia, un precio a pagar. Definitivamente una enseñanza. Una enseñanza que en medio de todo no fue tan mala, pero me puso en la posición de volver a empezar y ahora sí poner en practica el saber esperar, saber confiar, saber orar y principalmente saber OÍR su voz. Aunque ya no tengo los mismos 30 años de antes cuando oré por ese milagro, hoy vuelvo y oro a Dios, diciendo: ¡Aquí estoy! Con otra mentalidad, con otra imagen y perspectiva de vida, y ante todo, con un corazón más abierto, más dispuesto a escucharte. A través de esta experiencia vi lo perdida que estuve, pero también pude ver cuál era el propósito que tenías con mi vida. Sé que solo tú conoces cuantos días de vida me quedan. Sé que ya no estoy tan joven, pero tengo FE en que me permitirás vivir y ver hecho realidad lo que tanto te he pedido por años. Por lo tanto. Mi bello lector, entiendo que si no hubiera pasado por estas diferentes experiencias, ¿de qué te hablaría hoy? ¿Sobre qué te escribiría? ¿Cómo haber podido llevar a cabo un llamado, cuando no se tenia un sentido o propósito para hacerlo? Entonces esto me ayudó a calmar mi llanto, porque mi corazón me dice que para muchos la tarea de trabajar para el Señor no será fácil, ni tan llena de alegría. Entendí que Dios me creó con un propósito específico: El ser portadora de amor. Ser portadora de voces de aliento. Ser una emisora de huellas de oportunidad, bondad y reconciliación. Pero para llegar a serlo tenía que pasar por varias pruebas que hicieran desarrollar en mí ese carácter que Dios necesitaba que tuviera. Y aunque a veces llorando le he expresado: <Por qué papito Dios, si no soy mala. Por qué siempre entrego mi corazón. Sinceramente por qué me hiciste tan llena de amor que no pueda odiar a quien me daña. Por qué no puedo recibir la misma calidad de amor... y aunque sé que cuento con el tuyo, que es hermoso, yo desearía con toda mi alma que alguien me amara como yo he amado. Pero que no sea mi voluntad sino la tuya Señor, que no sea en mi tiempo, sino en el tuyo, ayúdame a seguir adelante, mostrándole al mundo que vale la pena sonreír, perdonar y amar. Estoy segura que un día seremos recompensados por Ti, y gracias te doy porque con todo esto que ha causado tanto dolor en mi ser, tanta nostalgia. Me enseñó que debía amarme también a mí misma. Aprendí que también debía consentir a esa pequeña y gigante Adry. Me enseñó a ver la hermosura de corazón que habías puesto dentro, y que para eso fui creada, para dar un ejemplo de No a la violencia, SÍ al amor. NO a la venganza, SÍ a La Paz. No al odio, SÍ al perdón. Sólo aquellas personas que realmente quieren amar, logran hacerlo a pesar de cualquier cosa que pueda pasar, y nunca se rendirán. Nunca dejarán de expresarlo a quién quiera recibirlo, ni dejaran de tener la esperanza de recibirlo y sentirlo en carne propia. Ninguna batalla se pierde sino se lo permitimos. Nos podremos caer mil veces, pero esas mismas mil, debemos pararnos más fortalecidos. Porque de eso se trata. Aprender y volver a pararte. Entonces la vida tiene sentido en cualquiera de sus circunstancias, porque en situaciones de sufrimiento y de adversidad, si llegamos a ser capaces de dar sentido a esas adversidades, podremos convertir esas tragedias en grandes logros, y por consiguiente, es una forma de superación. Leía en un articulo, que lo correcto no es preguntarse: ¿Qué hago? sino ¿Quién soy? conocernos a nosotros mismos y sobre todo valorarnos es la base para conocer el sentido de nuestra vida. Te animo a revisar el Sentido y Propósito que tiene TU VIDA. En conclusión: Lo que dije que marcó mi vida según en forma dolorosa, fue lo que hizo que encontrara el sentido de mi vida. ¿Entonces? ¿Qué tan malo pudo haber sido lo sucedido? ¿Realmente fue tarde o a muy avanzada edad el haber madurado o reaccionado? Todo llega en el tiempo de Dios, especialmente cuando tiene un propósito específico contigo, con tu ejemplo. Solo la experiencia de tropiezos y caídas puede hablarlo con propiedad, más que por tener muchos estudios. Te quiere tu amiga, -Adry Victoria-
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ADRY VICTORIA G. PIEDRAHITA.Palabras de mujer a mujer... Archives
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