El amor es ese ingrediente a prueba de egos, cansancio e intereses personales.
En esta ocasión no hablaré del amor por un trabajo, una tarea, un oficio, o una carrera. Hablemos del amor como tal. Este fin de semana escuché el mensaje de un sacerdote español, que decía: Dar, no debe ser por compromiso, no debe ser por quedar bien, no debe ser por buscar un beneficio propio, o sea por interés, por no llegar a tener en algún momento dado un sentimiento de culpa. Debemos dar hasta que nos duela. Dar en la forma que Dios ha dado amor y cómo nos ha ensenado y pedido que lo demos. De repente me quedé pensando en esa frase. “Dar sin importar por qué o a quien, aunque nos duela” He escrito en algunas ocasiones que toda persona puede cambiar sólo si lo desea, si siente esa necesidad de ser mejor versión de lo que ha venido siendo. De lo contrario nada pasa, ni nadie puede hacer cambiar a nadie, incluso ni Dios, porque Dios entra a donde es llamado, y donde es buscado de corazón. Se dice que todos, en el momento en que nacimos, llegamos a este mundo sin ropa, sin pensamientos, sin saber hablar o caminar. ¿Verdad? Podríamos decir que llegamos en cero. Como cuando reinicias un computador o un celular y lo dejas como lo envían de fábrica. Listo para que lo configures a tu antojo o de acuerdo con tu preferencia. Bueno, el ser humano “según” nace sin saber nada, listo para recibir información y de acuerdo con ella crece, se forma y se hace como persona. En parte es verdad y esta pesa mucho. Pero escribí “según” porque se nos olvida que al nacer ya traemos información, actitudes y sentimientos GENÉTICOS. Esta carga genética por parte de padre y madre juega un papel importante al igual que la educación y el ejemplo que se recibe durante nuestro crecimiento. La cuestión aquí con respecto a los genes es entender el porqué de las actitudes de muchos. Y tener claro o aprender que si se viene con una carga genética muy pesada negativamente, esta puede corregirse. Hablando en cuestión de actitud y pensamiento. Me desviaré un poco del tema principal de hoy, ya que considero importante esta información. Aprendamos un poco sobre genética... Cada una de las células del cuerpo humano contiene entre 25.000 y 35.000 genes. Los genes llevan información que determina nuestros rasgos, es decir, aspectos o características de cómo somos y que nos trasmiten nuestros padres. De allí es que heredamos el color de ojos, los lunares, forma de nariz e incluso nuestra forma de reír, hablar u otros ademanes. Es tan importante la carga genética, que cuando llenas un formulario médico, te hacen muchas preguntas con respecto a la salud y enfermedades de tus padres y familia sanguínea. Entonces si por herencia llegamos a cargar ciertos genes con respecto a enfermedades, imagínate como no tener en cuenta lo que se hereda en cuestión de actitudes y sentimientos, o acaso no hemos dicho o escuchado algún refrán popular como: “De tal palo tal astilla”, “Lo que se hereda, no se hurta”. Ok, entonces. Volviendo al principio, algunos hemos cargado con genes “pesados”, por así llamarlo. De repente genes depresivos, temperamentales, negativos, agresivos, incluso de drogadicción y alcoholismo. Otros con genes de odio, bajo intelecto, etc. También podemos encontrar personas que desde muy pequeños muestran rasgos de amor, compasión, paciencia, nobleza, liderazgo y éxito. En algunas ocasiones en reuniones de liderazgo se escuchan comentarios como: "¿Será que esas personas exitosas nacieron paradas?" Jajaja… Suena algo gracioso, pero ahora entiendo que de repente sí. Ya que sus raíces genéticas quizás estaban mejor que las de algunos otros, como fue mi caso. Por el lado de mi padre hubo carga genética de inteligencia, prosperidad, cultura. Fue un profesional exitoso. Un excelente abogado. Pero al mismo tiempo hubo un gen de alcohol. Él fue un hombre calmado, algo mujeriego y muy amoroso. Es el recuerdo que mi padre dejó en mí. Por el lado de mi madre, siendo muy inteligente, también de buena familia. Hubo un gen de mucho dolor y sufrimiento. De soledad y dureza. Pero ella fue o ha sido una guerrera, inteligente y a ella debo este gen de escritora. Ellos tuvieron seis hijos, y allí encuentras los que han sufrido de depresión, los que no han logrado superar algunos traumas, los que son muy serios y fríos. Pero también los que son más expresivos, nobles, pacientes. TODO ESTA EN UNO. Todos sabemos de dónde vinimos, conocemos nuestras raíces, conocemos nuestros “Genes”, y llegamos a la edad donde se entiende qué es el amor, la compasión, la lucha; el bien y el mal, el perdón y el rencor. Y entendemos sobre las consecuencias que habrá de acuerdo con el patrón que decidamos vivir. Por el lado del padre de mis hijos encuentras una vida muy similar a la mía. Padre exitoso, profesional. Arquitecto y profesor de una buena universidad. Serio, rígido y muy pocas veces dejaba ver sus sentimientos de afecto. Por el lado de su madre. Pude ver que era una mujer más cariñosa, pero al igual que la mía había sufrido mucho, lo que la convertía en una persona algo dura. Ellos tuvieron dos hijos. Mauricio y Patricia. Dos personas tan distintas como el agua y el aceite, en cuestión de actitud y personalidad, más físicamente, muy parecidos e igualitos al padre más que a la madre. De hecho, no se parecen en nada a mi ex suegra. Narro esta historia, porque para contarte cómo y por qué duele el amor, debía comentarte sobre las herencias genéticas, y sobre lo que es amar a pesar de… Lo que es amar como Dios quiere que amemos. Por ejemplo: Duele amar y no ser correspondido. A Mauricio, durante los 15 años que vivimos juntos, en varias ocasiones le pregunte: ¿Por qué no le gusta abrazarme? ¿Por qué es tan seco? Y su respuesta siempre fue: “Porque a mí no me enseñaron a demostrar amor en forma diferente”. A lo que respondí: “A mí tampoco, pero yo quiero ser diferente. Yo quiero dar lo que muy pocas veces recibí. Y vivir contigo me lleva a sentirme como si viviera con mi mamá.” Los dos cargamos con genes de rudeza, amargura. Con una educación y ejemplo similares. Padres separados estando nosotros muy pequeños. Él optó por ser esa persona dura, seria con algunos, y muy formal con otros. Optó por seguir un patrón de vida similar a la que vio en sus padres, una vida en medio de conflictos. Por mi lado, sin querer ser arrogante con mi reflexión, o dármelas de perfecta, he luchado por ser diferente. Me ha costado no lo niego, pero cada día me paro en la raya y digo: ¡Para atrás no Adry! ¡Siempre para adelante! Trabajo en ser cariñosa incluso conmigo misma. Por mencionar alguno de los genes que quiero corregir. Yo, durante esos 15 años decidí amarlo a pesar de… con dolor y tristeza, pero allí estuve. Hoy en día, a este tipo de relaciones rotas, se les llama EX. Hoy en día 33 años más tarde, puedo decirte que a pesar de que sigue sin gustarme su actitud, le sigo amando. Claro, en forma diferente. Ya no como el hombre que un día conocí, sino como el ser humano, como el padre de mis hijos. Creo que si no le sintiera ese amor que Dios me pide, me hubiera alejado del todo. Nunca más le hubiera vuelto a dirigir la palabra. Incluso hubiera puesto kilómetros de tierra de distancia, así fuera el padre de mis hijos. Pero entiendo que él es diferente, y la forma de obedecer a Dios, es precisamente teniendo paciencia con su forma de ser y aceptándole como es. Ayer, en un mensaje, hablando sobre uno de nuestros hijos, dijo: “Adry, ¿hasta cuándo? ¡Ya no doy más! Por qué toma decisiones tan fácilmente y no mide las consecuencias. ¿Cuándo va a cambiar? Yo ayudo esta vez y ya estuvo. Déjale saber a todos que ya están grandes y yo ya cumplí.” Respiré profundo y dije: ¿Cómo se le llama a la separación de un hijo? ¿Acaso existe EX hijo? También me pregunte: ¿Hasta cuándo soy madre? ¿Hasta los 21? Luego respondí serenamente: Mauricio, nunca dejaré de darle la oportunidad a una persona, creo en el cambio, creo en el arrepentimiento. Más aún si es un hijo. Ese dicho que dice, “Árbol que nace torcido jamás sus ramas endereza”, NO va conmigo. Seré Madre hasta que ellos me entierren o yo los entierre a ellos. ¿Duele que se equivoquen? ¡SÍ! No eches en cara ninguna ayuda, ni repitas tu historia con tus hijos. Si tus padres se alejaron y nunca te apoyaron, no hagas lo mismo. No digas que por qué ellos son como son. Mírate primero, y quien esté libre de pecado, que tire la primera piedra. ¿Acaso eres perfecto? ¿Acaso tú has cambiado? Piensa que al final de nuestros días si Dios nos permite llegar a una vejez, ellos serán quienes estén a nuestro lado cuidándonos y quizás queriéndonos. Todo depende de lo que aún sigamos sembrando en ellos. Ya no me envío otro mensaje como respuesta. Espero haber tocado su corazón. No por mí, sino por lo que un día Dios le llame a cuentas por su labor como padre, y también por los hijos que un día lo cuidarán. ¿Saben? No hicimos hijos perfectos. Pero si de algo estoy segura, es que son muy nobles. El amor duele, por supuesto que sí. Decía el sacerdote, “den hasta que duela”. Ayuden a un anciano, a un niño de la calle. No con una moneda, ayuden con amor, así les duela. Despójense de lo material, no sean tan egoístas. Al cabo, al morir no nos llevaremos nada. Dios por amor a nosotros envío a su hijo a morir azotado y crucificado en una cruz. Y no hay dolor más grande ni semejante a ese. Por lo tanto, cuando damos y ayudamos a otros, démoslo con el mismo amor con que Dios lo hizo. Dios nunca nos dirá, ¡Tú eres mi ex hijo! Dios nunca dirá, hasta aquí fue. Dios nunca dirá que “NO nos enderezaremos”. “Ni que hijo de tigre sale pintito.” El amor hace que prevalezca el objetivo más grande, que es cómo poder ayudar al otro, cómo animarlo, cómo corregirlo. El amor es donarse con alegría, sin esperar nada a cambio, porque debemos hacerlo por obediencia y con sinceridad. El servir con amor es una forma de brillar y florecer. Así que cuando hacemos el bien, somos imanes de un bien mayor. Yo tengo fe que un día se verán los frutos de mi amor. Dios me dice que corrija a mi hijo, y también me dice que no lo desampare. Dios nos enseña que debemos ayudar siempre. Recuerda El amor es ese ingrediente a prueba de egos e intereses personales. Un abrazo... - Adry Victoria -
0 Comments
Leave a Reply. |
ADRY VICTORIA G. PIEDRAHITA.Palabras de mujer a mujer... Archives
July 2024
Categories |