Hablábamos la semana pasada sobre el tema de lo delicado que es la depresión.
La depresión es un padecimiento que se ha propagado grandemente afectando a millones de personas, tanto a cristianos como a no cristianos. Quienes sufren de depresión pueden experimentar intensos sentimientos de tristeza, ira, desesperanza, fatiga y una variedad de otros síntomas. Con frecuencia la depresión es provocada por las circunstancias de la vida, tales como la pérdida del trabajo, la muerte de un ser querido, el divorcio o problemas psicológicos como el abuso o la baja autoestima, llevándonos a bajar los niveles de serotonina cerebral. La depresión clínica es una condición física que debe ser diagnosticada por un médico especialista. Recordemos que también habíamos mencionado que existe la depresión hereditaria. Aquella que se trae genéticamente. Ahora, La Biblia nos dice que estemos llenos de gozo y alabanza (Filipenses 4:4; Romanos 15:11), así que Dios propone que vivamos vidas con gozo. Y sería maravilloso que se pudiera lograr al cien por ciento. Pero esto no es fácil para alguien que atraviesa por una situación depresiva. Dios es capaz de curar cualquier enfermedad o desorden. ¡Claro que sí! Sin embargo, en algunos casos, el consultar a un doctor por una depresión, no es distinto a ir a un médico por una herida. Yo les compartí anteriormente cómo me ayudó el haber consultado con un psicólogo el año pasado. Realmente fue toda una bendición, aprendí a verme, a quererme, a ya no sentir miedo a dormir sola o a oscuras y darme cuenta, cómo aun a mis 52 años podía volver a empezar, cuando yo sentía a pesar de ser cristiana que no servía para nada, que no inspiraba nada. Me sentía vieja, fracasada y muy sola. Pensaba “Dios llévame, yo quiero morirme”... Y hoy digo: -Dios perdóname, ¡mira lo que hago hoy! La vida y la oportunidad que me das es hermosa. Gracias por usarme y enseñarme. Gracias por sanarme a través de ese doctor que pusiste en mi camino y el llamado que colocaste en mi corazón. Gracias porque a través del tiempo me has enseñado a tener un temor y amor por ti, que no me permitían cometer una locura en esas crisis emocionales que he vivido.- Por lo tanto sí es muy importante tener una relación con Dios diaria y constante, ya que ella no nos deja caer en abismos más profundos. Miremos algunas historias de la biblia con respecto a cristianos que pasaron por situaciones como esas... Para empezar, es difícil no encontrar en toda la Biblia un personaje que no haya atravesado un valle de angustia o la oscuridad del túnel.
Es larga la lista de héroes de la fe pasando por duras pruebas emocionales. hombres y mujeres que fueron gigantes en la fe, Sí, pero también hombres de carne y hueso como nosotros. Sujetos a pasiones y sufrimientos semejantes a las nuestras. Miremos lo que dice ESTE VERSÍCULO “Elías era un hombre con debilidades como las nuestras. Con fervor oró que no lloviera, y no llovió sobre la tierra durante tres años y medio. ” Santiago 5:17 NVI También podemos investigar sobre la gran depresión por la qué paso Moisés, el cual llegó a un punto que expresó: “No puedo yo solo soportar a todo este pueblo”. Leamos el versículo completo en Números 11:14-15 NVI: “Yo solo no puedo con todo este pueblo. ¡Es una carga demasiado pesada para mí! Si este es el trato que vas a darme, ¡me harás un favor si me quitas la vida! ¡Así me veré libre de mi desgracia!” No es de sorprendernos entonces, la tremenda tensión emocional de Moisés que acaba por minar su resistencia psíquica. Estamos ante una clara depresión por agotamiento. Ahí tenemos, deprimido y sin esperanza, al siervo a quien Dios había confiado una misión muy especial: Conducir al pueblo por el desierto, un desierto tan literal como metafórico. La desobediencia del pueblo había agotado la paciencia y la capacidad de resistencia de Moisés hasta llevarle a una depresión profunda. Por lo tanto esto nos prueba o nos muestra que tanto cristianos como no cristianos, podemos pasar por este tipo de etapas o circunstancias, y dependiendo cuál haya sido la causa que nos llevó a este estado, debemos tratarlo y tratarlo a tiempo. En el caso del creyente, que en medio del dolor, la desesperación, la tristeza y frustración, busca la misericordia de Dios, leyendo su biblia, escuchando prédicas, y se refugia en las alabanzas, tiene más probabilidades de ser restaurado y evitar así caer en pozos más profundos como el suicidio. En mi caso le decía a Dios: -Señor yo me aferro a tu promesa. Aquella que leo en Mateo 11:28, te pido con gran anhelo que me ayudes, no quiero estar o sentirme mas así. Ya no quiero salir corriendo en cada situación que se me presenta, o llorar y llorar. Muestra me qué hacer. Yo no puedo más con esto y tú dices: "»Vengan a mí todos ustedes que están cansados y agobiados, y yo les daré descanso.” Mateo 11:28 NVI. Por lo tanto has esta promesa realidad en mi vida.- Y entonces pongo en mí el deseo de buscar un psicólogo cristiano, y también abrir esta página, la cual ha sido de gran bendición porque a través de ella los conocí a ustedes. He venido sanando, creciendo, aprendiendo y ayudando a otros como a mí misma. Bendito sea Dios. En medio de corajes y decepciones he querido responder mal con mal. Pero Él me ha dicho: - ¡NO! así no obro YO. YO quiero que me imites. Por lo tanto convierte lo malo en bueno y al malo respóndele con bien y bendición.- Dios no censura a Moisés por su depresión ni le trata ásperamente; Dios le dio la salida precisa, le proporcionó los instrumentos adecuados para afrontar la situación. Si algo tengo claro hoy en día, es que Dios provee la salida adecuada en el momento adecuado. De repente en formas que no nos gusta en el momento, o qué nos duelen mucho en ese instante. Pero todo tiene un por qué, y aprendes a verlo y entenderlo cuando le buscas de corazón, con sinceridad, con anhelo. Dios nunca nos soltara de su mano, nos lo enseña en Mateo 6:26 RVR 1960 “Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros; y vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No valéis vosotros mucho más que ellas? ” Por supuesto que sí. Entonces anima a tus hijos, amigos, familiares que busquen de Dios. Especialmente a aquellos que veas con síntomas de depresión. En conclusión. la depresión no es un pecado, sino un síntoma. Es como una luz de advertencia en un vehículo. La forma de apagar la luz de advertencia no es destruyéndola, sino encontrando el problema, como fue el caso de mi prima Rosa María que compartió su testimonio el jueves pasado a través del video de "Hablemos con Adry Victoria". O como igualmente fue mi caso. Dios más que censurarme por mis errores me trato con amor y me ayudó a salir de allí. Espero y pido a Dios que con esta reflexión y estudio podamos ayudar a muchas personas que están atravesando algo tan terrible como es la depresión. Un abrazo fuerte para todos mis bellos lectores Dios les bendiga grandemente. Tu amiga Adry Victoria.
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