Hola mis apreciados lectores, empecemos esta semana con una buena auto pregunta:
¿Cuántos pensamientos nuevos traigo a mi mente cada día? Quizás en el área de aceptación, inspiración, creatividad, actitud, quizás de cambio, o ¿la mayoría son del mismo plan rutinario al que nos hemos acostumbrado a vivir? - ¡Levántate, cepíllate, báñate, vístete, alista la tasa de café, prende tu auto, ora y toma tu rumbo! - ¿Has pensado que incluso al orar, puedes llegar a caer en una rutina de frases de agradecimientos y peticiones repetidas? Escuché de uno de los sacerdotes que suelo oír en las mañanas, decir algo así como: “Es mejor no orar, que sólo sentarte a decirle a Dios lo mismo de todos los días como quien reza un rosario. “Y ojo” no estoy diciendo que quienes lo hacen, están haciendo algo malo, pues el propósito con que se hace es muy diferente al que se tiene, cuando te sientas a hablar con Dios.” Ni él lo hizo. Él expreso que Dios recibe con más agrado un saludo sincero, con sentimiento, que una oración, por cumplir. Algo que, en medio de mis dos últimas semanas tan ocupadas laboralmente, me hizo pensar en lo siguiente: ¿Cuántas cosas hacemos por rutina? Obviamente existen aquellas que no puedes hacer de forma diferente, como algunas que mencioné al comenzar la reflexión. Pero EXISTEN muchas otras que SÍ podemos intentar hacerlas de manera diferente. Él decía: HAZ las cosas con SENTIMIENTO, no por RUTINA. Ayudar, saludar, compartir, ofrendar, trabajar, enseñar, por mencionar algunas. Todas estas pueden ser hechas de forma mecánica y lo mecánico no lleva sentimiento. Lo que me llevo a decidir: #1. Que prestaré más atención a lo que escuche, para poder poner en práctica lo que llegue como mensaje directo a mi corazón, como esa voz que te dice: ¡Esto es para ti! De esa manera podré ir saliendo de las actitudes rutinarias. Muchas veces escuchamos excelentes mensajes, pero, así como entran, salen. Decimos: “¡Qué buen mensaje!”, incluso llegamos a compartir con otra persona algo que nos tocó el corazón. ¿Pero, hice algo más? ¿Quizás logró algún cambio en mí, tuve una transformación? #2. Que no debo escribir por rutina o por cumplir. Debo hacerlo, cuando el SENTIMIENTO está claro, descansado y listo. No es lo mismo tener la idea y escribirla por presión a un compromiso, que plasmarla con el SENTIMIENTO lleno de inspiración. Ahora, es importante aclarar que hay RUTINAS que son saludables, necesarias y que nos pueden llevar a grandes logros. Hoy comparto sobre esas rutinas que más que buenas, son nocivas, destructivas, que nos estancan y nos pueden convertir en personas vacías y poco sinceras. Por lo tanto, si hay COSAS o ACTIVIDADES que no son productivas ni edificantes cuando las hacemos de manera rutinaria, mucho menos lo son cuando se trata de HABLAR con Dios. Por lo que también me hizo decidir que, es mejor decir en esos días de bloqueo emocional: “Buenos días mi padre Dios, aquí estoy, saludando y reportándome. Gracias, Gracias, Gracias por ser y estar en mi vida y en mi día” Para cerrar esta reflexión, busqué en mi biblia algo al respecto, y mira lo que hallé: “Y al orar, no hablen solo por hablar como hacen los gentiles, porque ellos se imaginan que serán escuchados por sus muchas palabras.” Mateo 6:7. Incluso el "Padre Nuestro", fue una oración modelo que Jesús nos dejó, pero debemos hacerla de corazón. Con ese SENTIMIENTO profundo que Dios puede ver, escuchar y sentir, Él escucha lo largo o lo corto, compuesto o improvisado, siempre y cuando sea entendida y no de corridillo. Toma un ratito, y analiza tus actitudes, tu oración, tu dar, tu recibir, tu compartir. En conclusión, pregúntate qué estás haciendo de forma mecánica, para que puedas darle un GIRO que le llene de vida y propósito nuevo a TU VIDA DIARIA. ¡Te envío un fuerte abrazo! -Adry Victoria.
0 Comments
Leave a Reply. |
ADRY VICTORIA G. PIEDRAHITA.Palabras de mujer a mujer... Archives
July 2024
Categories |