oremos por los padres que sufren por sus hijos...

​Es muy difícil escribir sobre un padre que sufre por sus hijos,  cuando tu mismo corazón está cargado de sentimientos.

Hace unos días, el esposo de una buena amiga, recibe la noticia que dos de sus hijos del primer matrimonio fueron arrestados por un presunto atraco y asesinato. Ella con algo de sentimiento y coraje en su voz me comenta lo sucedido...

“Cómo vez hermosa. No sé qué le pasa a la mayoría de los jóvenes hoy en día. Ahora  ‘según’ el fumar marihuana les calma la ansiedad, el estar deprimidos no les deja trabajar. El respetar un horario de llegada a la casa, es sólo para los menores edad, y el llamarles la atención, exigirles algo o dar un consejo, se ha convertido en un guion de terror, porque ya no se les puede hablar."

* ¿Cómo así? ¿De qué me hablas o de quién me hablas, Eve?

"-De la mayoría de nuestros hijos Adry. Quizás no hemos sido los mejores padres. Los más sabios, los más drásticos, los más cariñosos, los más responsables, pudientes y perfectos, pero estoy segura que, la gran mayoría hemos tratado de ser lo mejor que hemos podido. Me duele el corazón ver cómo mi esposo sufre, especialmente, por dos de sus muchachos. Ha tratado de apoyarlos en lo que ha podido, darles trabajo o llevarlos a entrevistas. Recogerlos cuando se han quedado tirados en alguna carretera. Pero especialmente amiga, en guiarlos y aconsejarlos. Y con ejemplo, mostrarles que la vida, aún con sus retos, es bonita si uno se lo propone. Que todo el que madruga y lucha por un trabajo, no sólo lo encuentra, si no que recoge para el pan y las necesidades diarias, así sea limpiando vidrios o recogiendo latas.

El decir de muchos ahora, es que es culpa de los padres, o debido a un tal desequilibrio emocional.
Dime algo Adry: ¿Por qué nuestra generación fue diferente? Aunque entiendo que siempre han existido los malos y los buenos. Los estudiosos y los vagos. Los profesionales y los que eligen ser delincuentes. ¡Ahora veo que cada vez es peor!"

La verdad, en ocasiones y dependiendo de mi propio corazón y situación, sólo puedo escuchar,  porque quedo sin palabras.

¡Es tan triste! Tan triste escuchar a una persona decir: "No hubiera querido ese final para mis hijos. 
Pero es preferible saber que están encerrados, donde cuentan con una cama, un techo y un plato de comida, a recibir una llamada con una voz de fondo diciendo, “su hijo esta muerto”. (expresa el esposo de mi amiga.)

Yo no quisiera recibir ninguna de las dos. Bueno, creo que ningún padre lo desea.

Pienso en este señor y mi corazón me duele. Y pienso en los padres del muchacho que perdió la vida, y me paraliza el terror. Imagino su dolor y quizás coraje. 

De repente viene a mi mente la pregunta:  ¿Dios, será que los hijos en algún pequeño o remoto momento piensan en cómo oramos por ellos?  ¿Cómo sufrimos por ellos?

Quizás por obvias razones, los padres del muchacho que perdió la vida, puedan decir “¡Ese par de delincuentes merecen lo peor!” 

Y la madre o los padres de los “delincuentes” puedan estar diciendo: “Hijos ¿Por qué? ¿Qué paso? Dios perdónalos y ojalá los otros padres del joven muerto los puedan perdonar. Por favor Dios te pedimos que no vayan a haber venganzas. Muy seguramente los padres del difunto ahora rogarán  por consuelo, y los padres de los arrestados, por protección en la prisión.

Una de las realidades de la vida, es que al crecer nuestros hijos pasaran y cambiarán muchas cosas. 
Para algunos pueden ser sólo cosas buenas y llenas de bendición. Para otros, pueden ser maldad, delincuencia, carencia, hambre, escasez, drogadicción y sufrimiento. Para otros pueden ser de ambas o de todas un poco. Todo depende. Pero una cosa si es cierta:  TODOS (los padres) corremos el riesgo de recibir una llamada diciendo: "Su hijo está arrestado", Su hijo sufrió un accidente y está en “tal” hospital",  o "Lamentamos decirle que su hijo está MUERTO", sin importar qué tan bueno, correcto, profesional o que tan malo, drogadicto o delincuente sea.

Tengo entendido que el muchacho que perdió la vida, fue por resistirse a que le robaran algo. Hoy en mi escrito quiero que veas, no el punto de quiénes son buenos y quienes son los malos, o la diferencia entre el que elige ser un  profesionales y el que “según” elige ser delincuente.

Hoy quiero que veamos el DOLOR que viven los padres de ambos bandos. Que en lugar de criminalizar, podamos tener el corazón que Dios nos pide que tengamos. Un corazón lleno de amor y compasión, por todos, Padres e Hijos. Y muy especialmente, por los catalogados o señalados como “Malos o Criminales”.
 
Como persona y madre te diré que ambas situaciones me duelen. Quizás porque logro ponerme en los zapatos de ambas familias. Especialmente, por que tengo claro que nuestros hijos, por muy buenos que sean, en cualquier momento pueden caer y cometer un error.

Te invito a unirte a mi cadena de oración por todos los padres que sufren, y por todos los hijos que hoy se encuentran alejados del Señor.

"Porque donde están dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos." 
Mateo 18:20

Con cariño, 
-Adry Victoria.