¿Será que todos sabemos como hacerlo? Te diré que me he encontrado con algunas personas que dicen: “Yo no sé orar". La mayoría entendemos que con ella, nos acercamos a nuestro gran Padre y Creador, para: 1. Agradecer. Por cada amanecer, por cada victoria, por las personas que son de bendición. Por la belleza que nos rodea, por nuestra salud, economía, trabajo. En conclusión: Agradecemos por todo lo que nos “infla” el corazón de emoción, tranquilidad y paz. 2. Pedir. Por un buen día, por el sustento, un ser en dificultades, la crisis del mundo, los enfermos, los niños que sufren, los ancianos, la violencia, los gobiernos, los encarcelados. Quizás, por sanidad emocional o protección por un problema. Son tantas las cosas por las que hay que orar. Estoy segura que un gran grupo de personas nunca siente dificultad para hacerlo. Son devotos, emotivos y disciplinados. Hablan con Dios, con gran facilidad. Otros, a pesar de tener una idea amplia al respecto, en ocasiones llega a sentirse corto de palabras o sin saber qué decir. Llegando a sentirse como estación de radio, “Tocando la mismas melodías cada mañana” Pensando en ello, comencé una búsqueda dentro de mi aplicación “YouVersión” y la biblioteca del celular “Libros” y encontré uno llamado, “Reza con la Biblia en el contexto de la vida.” Inmediatamente me cautivó. Al ir leyendo me di cuenta, que quizás muchos no hemos sabido cómo usarla en favor a nuestra Oración. Por lo tanto, me pareció que sería una buena lectura a compartir. Especialmente para aquellos que en algún momento han dicho: "¿Cómo Oro?" o un "¿Qué se dice?" Por tonto que suene, la realidad es que a muchos se les dificulta expresar sus sentimientos a Dios, su Padre y Creador. Entonces, aquí vamos. Aprendamos Junt@s 🥰 Leía que todas las realidades de la existencia, la naturaleza, las grandes y pequeñas historias, un día se transformaron en oración y han quedado en la Biblia para ayudarnos, guiarnos y también para educarnos en cuanto a lo que Dios busca de nosotros. Estamos acostumbrados a que todos los productos que adquirimos vengan acompañados de unas indicaciones para su uso, ¿verdad? Bueno, la Biblia es, sin duda, el libro más rico en experiencias de oración. Reflejan la experiencia de fe de un pueblo, sus peticiones, su gratitud, su alabanza, sus deseos y aspiraciones, sus lamentos y dolores. Leer esas plegarias es, para nosotros, escuchar una voz que nos enseña, y que nos va dando la capacidad de hacerlas nuestras, para finalmente, guiarnos a formular nuestras propias oraciones. En el libro de SALMOS 8:1-9, podemos ver un primer ejemplo de cómo poner en práctica la instrucción o guía dada. Leerlo en su contexto histórico, es un himno de alabanza a Dios por haber creado al hombre capaz de contemplar los cielos, de dominar la creación y de alabar por ella y con ella a Dios. “Oh Señor, Soberano nuestro, ¡qué imponente es tu nombre en toda la tierra! ¡Has puesto tu gloria sobre los cielos! Con la alabanza que brota de los labios de los pequeñitos y de los niños de pecho has construido una fortaleza, para silenciar al enemigo y al vengativo. Cuando contemplo tus cielos, obra de tus dedos, la luna y las estrellas que allí fijaste, me pregunto: «¿Qué es el hombre para que en él pienses? ¿Qué es el hijo del hombre para que lo tomes en cuenta?». Lo hiciste poco menor que los ángeles y lo coronaste de gloria y de honra. Le diste dominio sobre la obra de tus manos; todo lo pusiste bajo sus pies: todas las ovejas, todos los bueyes, todos los animales del campo, las aves del cielo, los peces del mar y todo lo que surca los senderos del mar. Oh Señor, Soberano nuestro, ¡qué imponente es tu nombre en toda la tierra!” Salmo 8:1-9 NVI Leerlo desde nuestra vida y nuestro tiempo, conocemos la grandeza de la creación mejor que los antiguos. Sabemos de las galaxias y constelaciones. De otras maravillas de la creación. En nuestra vida personal experimentamos cada día lo que hemos recibido de Dios: cualidades, dones, oportunidades. Por lo tanto al leer este salmo 8, podemos expresarle a Dios lo que llegue a nuestro corazón, personalizándola de acuerdo a lo que estemos viviendo. De esta manera, es como a través de su palabra podemos hacer nuestra la oración. Qué reconfortante es saber que no estamos solos, y que siempre habrá una mano que nos ayude y guíe, hasta para aprender a orar. Mañana veremos otros versículos que nos seguirán guiando. ¡Que así sea! Deseo que tu día sea muy bendecido. Te mando un fuerte abrazo -Adry Victoria.
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October 2024
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