¿Cuándo fue la última vez que pasaste un día sin correos electrónicos, sin la luz de una pantalla y libre de cualquier distracción? Algo un poco difícil hoy en día, ¿verdad?
Vivimos en una especie de vorágine que nos consume. Dicho en otras palabras, es como un remolino de agua fuerte y rápida, que empieza a sacudirnos desde que nos levantamos a tal velocidad, que ni el día alcanza. En ocasiones quisiéramos estirar las 11 horas que tenemos desde que nos levantaremos, pero, obviamente no se logra. Los días seguirán siendo de 24 horas, y nuestras carreras interminables, si no aprendemos a dominarlas. El punto aquí, es revisar si ese ajetreado vivir que estamos llevamos nos roba el gozo, o cuánto nos está robando. Y al ir dejando que esto suceda, qué tanta fatiga va creando en nosotros, qué tanta frustración, cansancio emocional y con él, dolor. ¿Sabes? El dolor del alma es mucho más dañino que el dolor físico, pues el físico se trata y más fácil es curado, superado. Incluso un día se dejará de sentir por completo. Pero el espiritual puede durar por siempre, y corremos el riesgo que el Señor en su momento nos diga, lo que un día le dijo a Martha. ¿Recuerdas? Lee Lucas 10: 40-42. Es por esta razón, que por agitadas que sean nuestras aguas diarias, debemos apartar un tiempo lejos de toda distracción. En ese espacio, que DEBE SER prioritario, podremos orar, dedicándole a nuestro Señor el tiempo de calidad que Él se merece, y en donde podremos ENCONTRAR todo lo que necesitamos: Amor, Paz, Sabiduría, Perdón, Sustento, Obediencia, Dirección. ¡TODO! Cuidando de esta manera y de forma correcta nuestra ALMA. ¿NO LO CREES? Este mensaje que hoy comparto contigo mi apreciado lector, fue el que Dios puso en mi corazón. Y recuerda que siempre, todo lo que escribo, a la primera persona que le hablo es a mí misma. Te mando un fuerte abrazo y deseo que tu semana sea muy bendecida y mucho mejor que la anterior. Por ultimo, te dejo el siguiente texto bíblico: “Así dice el Señor, tu Redentor, el Santo de Israel: «Yo soy el Señor tu Dios, que te enseña lo que te conviene, que te guía por el camino en que debes andar. Si hubieras prestado atención a mis mandamientos, tu paz habría sido como un río; tu justicia, como las olas del mar.” Isaías 48:17-18 NVI Con cariño, -Adry Victoria.
0 Comments
Leave a Reply. |
AuthorAdry Victoria Archives
January 2025
Categories |